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Miembros de Lumen Dei al arzobispo de Oviedo: "Pecadores sí, corruptos no"



    Madrid, 8 feb (EFE).- Más del 90 % de los miembros de la Unión religiosa Lumen Dei se dieron de baja en 2014 para no recorrer "caminos de corrupción" ni ser "encubridores de un sistema muy ajeno a las enseñanzas de Jesús", en alusión a supuestas gestiones irregulares del comisario y arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz.

    En concreto, 456 miembros de los 498 que formaban parte de la Unión Lumen Dei enviaron, entre abril y mayo de 2014, cartas individuales al comisario pontificio, Jesús Sanz, en las que le informaban de su baja de la organización religiosa, según los escritos a los que ha tenido acceso Efe.

    En una carta abierta, fechada en abril de aquel año y dirigida a varios obispos, los ya exmiembros de la Unión Lumen Dei explicaban los motivos por los cuales se dieron de baja de la organización.

    "Me retiré de la Asociación porque amo a la Iglesia y no puedo permanecer pasiva ante caminos de corrupción que no quiero recorrer", señalaba el escrito al que ha tenido acceso Efe.

    Y añadía: "ni ser cómplice o encubridora de un sistema muy ajeno a las enseñanzas de Jesús, y al clamor enérgico del Papa Francisco: pecadores sí, corruptos no".

    Dicho escrito explica el porqué meses después 268 misioneras denunciaron a Sanz ante la Justicia por, supuestamente, realizar ventas irregulares de la Asociación privada Lumen Dei por 12,7 millones de euros.

    Ellas afirman que Lumen Dei se divide en tres organizaciones independientes aunque las tres utilicen las palabras "Lumen Dei": se trata de la Asociación Lumen Dei, la Asociación Unión Sacerdotal Lumen Dei y la Unión Lumen Dei, que es la que depende del Vaticano.

    Y añaden que la Santa Sede nombró Comisario Pontificio de la Unión Lumen Dei a Sanz, aunque éste "maniobró" para proclamarse también líder de la Asociación, poseedora de todo el patrimonio inmobiliario y cuyos bienes vendió.

    Pero la otra parte no piensa lo mismo y afirma a Efe que no existen tres asociaciones diferentes, pese a estar constituidas en ciudades y años diferentes, y, por tanto, el arzobispo de Oviedo podía realizar ventas. Prácticamente lo vendió todo.

    Ahora las misioneras, que ya no pertenecen a la Unión pero sí a la Asociación, han solicitado al Juzgado de Instrucción 4 de Madrid que cite como investigados a Sanz y al obispo de Cuenca, José María Yanguas, -a quien acusan de colaborar con el arzobispo de Oviedo- por los delitos de apropiación indebida, falsedad documental, estafa y usurpación de la personalidad.

    En aquel escrito daban cuenta de la situación en la Unión Lumen Dei. Todos los exmiembros acusaban a Sanz de encabezar "un gobierno totalitario" que tomaba "medidas graves sin ninguna información ni motivación" y que no dudada en "tomar represalias" contra aquellos miembros que discrepaban de él.

    Incluso, le reprochaban que les exigiera "una obediencia irracional" en contra de su propia conciencia y dudaban de la función "fantasma" de sus dos asesores, de quienes no conocían sus labores ni cuándo fueron nombrados para esos puestos.

    Fue en 2011 cuando Sanz comenzó a vender los principales bienes de la Asociación: el colegio Saint Mary de Pozuelo de Alarcón (Madrid), los inmuebles de los números 17, 19 y 21 de la calle Xuclà de Barcelona y el edificio de Maestro Ripoll 14 en la capital de España.

    Las ventas, a importantes grupos inmobiliarios, alcanzaron un valor de 12,7 millones de euros y, salvo el colegio, en los otros cuatro inmuebles aún viven las misioneras, que han recibido ya las respectivas órdenes de desahucio.

    Ellas se quejan de la situación pero Sanz, que se refiere a las denunciantes como "un grupo de disidentes ex-miembros", tiene claro que están ocupando ilegalmente inmuebles que no les pertenecen.