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Rusia cree que solución de la crisis en Ucrania pasa por Protocolo de Minsk


    Basilea (Suiza), 4 dic (EFE).- El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, afirmó hoy que la única solución del conflicto en Ucrania pasa por el Protocolo de Minsk, sobre el alto el fuego y la creación de una línea de separación entre las fuerzas gubernamentales y los grupos rebeldes separatistas.

    "Toda la esperanza está en el cumplimiento del Protocolo de Minsk. Rusia apoya su continuación y los intentos de transferir las negociaciones a otros formatos que excluyan a los representantes de Donetsk y Luganks es inaceptable", declaró en la apertura de la conferencia ministerial de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

    El ministro consideró que sólo el diálogo entre los diversos grupos políticos y regiones de Ucrania puede llevar a resultados positivos.

    "No permitamos que el Protocolo de Minsk corra la misma suerte que los acuerdos anteriores", dijo en referencia a dos documentos suscritos en febrero y abril pasados y que buscaban igualmente el cese de las hostilidades, pero que no llegaron a cumplirse nunca.

    Lavrov sostuvo que "los sucesos en Ucrania son el resultado de una crisis sistemática en la región de la OSCE" y que su origen está en "su incapacidad de asegurar una genuina unidad del espacio Euroatlántico".

    De otra parte, sostuvo que asesores militares de su país invitados por el Gobierno ucraniano están ayudando a las partes beligerantes a concluir un acuerdo sobre medidas prácticas para la retirada de la artillería pesada, lo que permitiría el retorno de los observadores de la OSCE

    Agregó que los próximos pasos a dar en Ucrania deben ser la reconstrucción de la infraestructura socioeconómica destruida, el alivio de la situación humanitaria, concluir con el intercambio de prisioneros e iniciar un proceso de diálogo nacional.

    Para Lavrov, hace un año, cuando los miembros de la OSCE celebraron su anterior conferencia ministerial en Kiev, se hubiese podido prevenir el drama actual "si se hubiera atendido a las legítimas aspiraciones de las regiones del este y oeste del país".

    Rusia ha acusado en varias oportunidades a Kiev de reprimir a la minoría rusa y, al principio de la crisis, de intentar impedir la utilización del idioma ruso, lo que -según Moscú- fue el detonante del movimiento rebelde en el este.