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Barcelona prohíbe por un año abrir nuevos clubes de cannabis para regularlos



    Barcelona, 13 jun (EFE).- El Ayuntamiento de Barcelona ha prohibido por un año abrir nuevos clubes de cannabis para elaborar una regulación que frene su proliferación en la ciudad, en la que actúan 160 asociaciones de suministro y consumo de marihuana.

    El primer teniente de alcalde, Joaquim Forn, ha anunciado la suspensión del otorgamiento de permisos de apertura, que hoy ha entrado en vigor y la inspección de los existentes para garantizar que en su actividad se ajusta a la legalidad y a su finalidad de autoconsumo.

    "No podemos dejar que, bajo la apariencia de entidades, haya quienes amenacen la convivencia, el bienestar y la salud de las personas", ha señalado Forn, que ha recordado que las asociaciones de suministro y consumo de cannabis no pueden estar en locales de pública concurrencia, ni hacer publicidad, ni incitar al consumo.

    Joaquim Forn ha reconocido que al gobierno municipal le preocupa que Barcelona sea una meta del turismo de consumo de cannabis pero ha insistido en que les interesa mucho más el aspecto sanitario y, en especial, "combatir el efecto de estas drogas sobre la gente joven".

    "La ley permite que, en casos muy determinados, se puede consumir -marihuana- y esto es tanto para vecinos como para turistas", ha señalado Forn, que ha explicado que la regulación de las condiciones de apertura de clubes de cannabis se hará con el asesoramiento de expertos del sector medico y farmacéutico.

    Actualmente, en la capital catalana una asociación cannábica registrada como entidad no requiere de una licencia de actividad y puede operar haciendo llegar una comunicación al Ayuntamiento de Barcelona.

    Entre otros aspectos, la futura normativa barcelonesa establecerá las condiciones estas entidades se pueden ubicar en la ciudad, como las distancias de centros escolares y otros equipamientos sensibles, y los requisitos para poder desarrollar su actividad en aspectos medioambientales y de salubridad.

    La legislación española no prohíbe el consumo ni tampoco la tenencia de pequeñas cantidades de droga para consumo propio, aunque sí el consumo en espacios públicos (infracción administrativa) y el cultivo, elaboración, tráfico, promoción, favorecimiento y facilitación del consumo (infracción penal).

    Tampoco regula de manera especifica a los clubes de las asociaciones cannábicas, que tienen como fin el autoconsumo, lo que ha contribuido a su proliferación.

    Joaquim Forn ha explicado también que la Guardia Urbana ha iniciado las inspecciones administrativas de las 160 asociaciones cannábicas que ya existen en la ciudad para verificar que están inscritas, cumplen sus estatutos y si han comunicado la apertura de su club.

    Estos clubes privados no pueden ejercer la venta ilegal de cannabis, hacer publicidad, incitar el consumo o actuar como locales de pública concurrencia.

    Además, deben acreditar el origen de las plantaciones (no pueden cultivar) y la salida de humos debe ser por el tejado del inmueble.

    Según datos de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, el cannabis es la sustancia ilegal que tiene el consumo más extendido entre todos los grupos de edad.

    El año pasado en la capital catalana lo consumieron un 29,9 % de los hombres de entre 15 y 34 años y un 16 % de las mujeres de esa misma edad.

    Cada año, se inician 5.000 tratamiento por alcohol y otras drogas y, además, un 11 % de los 12.271 tratamientos que se llevaron a cabo el año pasado en los Centros de Atención y de Seguimiento (CAS) de Barcelona están relacionados directamente con el consumo de cannabis.