El padre de una exalumna del colegio Valdeluz no denunció cuando se enteró de los abusos
De esta forma lo ha expresado a los periodistas tras comparecer, a petición de los abogados de las víctimas, ante el titular del Juzgado de Instrucción número 13 de Madrid, Hermengildo Barrera, que investiga el caso.
Javier R. ha relatado que, a consecuencia de la situación de estrés en la que se encontraba, su hija comenzó a sufrir trastornos alimentarios, por lo que acudieron a un centro de salud de la Comunidad de Madrid, y, cuando la menor le comunicó que había sufrido abusos por parte de su profesor de música, fue derivada al Centro Especializado de Intervención en Abuso Sexual Infantil (Ciasi) de la Comunidad de Madrid.
"Ella en un momento dado me dijo que el profesor la tocaba", ha explicado el padre, quien ha reconocido que, inicialmente, tenía "ganas de partirle la cara" al profesor, pero, después, reaccionó "con sosiego" y llevó a su hija al psicólogo.
Los abusos tuvieron lugar en la academia Melodía Siglo XXI, anexa al colegio, que cuenta con salas acústicamente aisladas, que están apartadas de la zona de la academia, por lo que "es muy fácil tener intimidad", ha subrayado.
Ha detallado que su hija recibió tratamiento psicológico en el Ciasi durante seis meses y, con posterioridad, el psicólogo los puso en contacto con una letrada del mismo Ciasi que les explicó el proceso judicial a seguir en estos casos.
Javier R. ha asegurado que en aquel momento decidió no denunciar los hechos para evitar la "criminalización" de la menor en el proceso judicial y porque la repercusión que esto podía tener dentro de su ambiente "era mucho peor que el beneficio que podíamos sacar".
Cuando se había estabilizado la situación psicológica de su hija, que entonces tendría 16 años, puso los hechos en conocimiento de la tutora del colegio y habló con otros padres para comprobar si había más casos, pero no logró sacar nada en claro y tuvo la sensación de que nadie iba a apoyarle, ha agregado.
Sin embargo, ha manifestado que, tras comunicarle los hechos a la tutora, el centro "no hizo nada" y hubo que esperar hasta que el profesor fue denunciado y detenido el pasado mes de febrero para que lo suspendieran de empleo y sueldo.
En aquel momento, adoptó la decisión que creyó "menos lesiva" para la chica, que fue "cortar toda relación" con el profesor de música, porque la niña no quería dejar el colegio, donde estaba toda su vida social, ha indicado.
Ha señalado que le parece lógico que el jefe de estudios y el director del centro conocieran los hechos, al considerar que "una vez puesto en conocimiento de un profesor, lo normal es que éste lo transmita en el claustro y se lo haga saber a sus jefes directos, que son el jefe de estudios y el director".
El profesor Andrés Díez, que se encuentra en prisión provisional acusado de siete delitos de abusos sexuales, es "un hombre encantador" y era "una parte fundamental en la vida social del colegio", puesto que organizaba festivales de música y estaba atento a programar actividades, en palabras de Javier R.
Preguntado por lo que ha motivado ahora la presentación de las denuncias, ha aseverado: "En aquel inicio mío, estábamos solos y, ahora, de repente, se encontraron un grupo de cinco o seis chicas que sufrían lo mismo y que, además, los padres estábamos dispuestos a ir hasta el final".
Al ser preguntado por el hecho de que el docente se encuentre en prisión provisional, ha afirmado: "Me parece estupendo y, desde luego, el día que salga, ya no que no se acerque a este colegio, que no se acerque nunca jamás a ningún niño".
Ahora, ha resaltado, su hija está "muy bien" porque es "un aliciente ver que todo lo que ha llevado todos estos años tapado puede salir a la luz y tiene consecuencias".