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Testigo de la matanza de Carandirú niega la masacre a los presos por la Policía
Según relató el antiguo agente Francisco Carlos Leme, testigo de la defensa, al menos 50 de los 75 cuerpos estaban en los patios y la mayoría de las víctimas fueron asesinadas por arma blanca.
De acuerdo con la versión del agente penitenciario, la disputa ligada al tráfico de drogas fue la que dio lugar a la pelea que desencadenó, el 2 de octubre de 1992, la mayor masacre carcelaria de la historia de Brasil.
Otro de los testigos de la defensa, el exsecretario de Seguridad Pública de Sao Paulo, Pedro Franco de Campos, afirmó que fue necesaria "la intervención de la Policía Militar en Carandirú".
La matanza ocurrió en octubre de 1992, en vísperas de las elecciones municipales, cuando la Policía Militarizada de Sao Paulo, la mayor ciudad brasileña, ocupó el penal para poner fin a un supuesto motín de presos armados.
La elección de un jurado integrado por siete hombres dio inicio el lunes al juicio en el que 15 policías, que estaban en el cuarto piso del noveno pabellón de Carandirú, son juzgados por el homicidio de ocho de los presos y por el intento de homicidio de otros dos.
Se trata de la tercera de las cuatro fases del proceso, después de que en las dos primeras hayan sido condenados 48 agentes como autores de la muerte de 82 reclusos.
La cárcel, entonces la mayor de Sao Paulo con unos 8.000 internos, era considerada por organizaciones de derechos humanos como la mejor muestra del caos del sistema penitenciario de Brasil.
La prisión se cerró en 2002 y el lugar fue convertido en un parque público.
El caso fue llevado al cine a través de la galardonada película "Carandirú", del director argentino Héctor Babenco, y también a la literatura, con libros como "Estaçao Carandirú", del médico y presentador de televisión Drauzio Varela, quien en la época trabajaba en la cárcel.