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El Gobierno de Guatemala interviene cinco aduanas para detener el contrabando



    Guatemala, 15 oct (EFE).- El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, anunció hoy la intervención por parte del Gobierno de cinco de las más importantes aduanas del país con el objetivo de reducir el contrabando, que se calcula en 1.500 millones de dólares anuales, y elevar la recaudación fiscal.

    Las aduanas a intervenir serán las de los puertos Quetzal y San José, la de Tecún Umán y Ciudad Pedro de Alvarado, fronterizas con México y El Salvador, respectivamente, así como la Aduana Central, a través de las cuales ingresa la mayor cantidad de productos provenientes del extranjero.

    El mandatario hizo el anuncio luego de reunirse con los miembros de la Comisión Nacional de Combate al Contrabando (Conacon), una instancia mixta con representación del sector empresarial del país, y aseguró que la próxima semana emitirá el acuerdo gubernativo que dará respaldo jurídico a la medida.

    El objetivo de la intervención, explicó el gobernante, es "lograr mejores resultados en la recaudación de impuestos por mercancía que entra al país sin declarar", así como "desarticular a las mafias en las aduanas".

    La intervención, precisó Pérez Molina, estará a cargo del Carlos Muñoz, titular de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), de la que dependen las cinco aduanas que serán objeto de esa decisión, y quien ocupará el cargo de "interventor".

    El proceso de intervención, explicó el mandatario, "estará acompañado del Ejército", que tomará posición y control de las mismas, para "dar seguridad y evitar el trasiego de armas y drogas".

    La cartera de la Defensa, indicó, deberá nombrar en los próximos días a los oficiales que se encargarán de dirigir el proceso en cada una de las aduanas intervenidas.

    "Se pretende desarticular a los grupos implicados en el delito de evasión de impuestos" en las aduanas, así como los que utilizan éstas para el trasiego de drogas, armas y demás bienes ilícitos, argumentó.

    Según estimaciones de las autoridades, cada año el fisco deja de percibir unos 1.500 millones de dólares debido al contrabando que ingresa por las aduanas y los "pasos ciegos" ubicados en las porosas fronteras de este país centroamericano.