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Europa 'da un empujón' a la inversión en macroproyectos

  • Creará los llamados 'fondos de inversión a largo plazo de la UE'
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Los macroproyectos con un componente comunitario en materias como infraestructuras energéticas, de transporte, vivienda, tecnologías, o incluso proyectos relacionados con la educación, la ecoinnovación o el cambio climático, necesitan grandes inversiones de capital que, a día de hoy, quedan restringidas a unos pocos inversores de gran envergadura.

A ello se suma que existe una gran dependencia del dinero procedente de las entidades financieras a la hora de impulsar la inversión a largo plazo en la economía real, una dependencia contra la que la Unión europea pretende luchar ayudando a diversificar la procedencia del dinero con el que se alimentan pymes y otras empresas.

Por estos motivos, la Unión Europea ha hecho pública una propuesta de Reglamento con la que se crearán los llamados Fondos de Inversión a Largo Plazo de la UE (Filpe), una nueva herramienta de financiación específicamente dirigida a abrir el mercado de las grandes inversiones, mejorando las posibilidades de proyectos transfronterizos y que involucran, en muchos casos, a empresas radicadas en Estados diferentes.

Tal y como recuerda la propuesta, no existe un vehículo de financiación transfronterizo para los inversores en estos mercados, que quedan excluidos de esta clase de activos a largo plazo.

Un "vehículo de financiación"

La idea es captar liquidez para el desarrollo de proyectos que, bien se aprecien durante su ciclo de vida (empresas de pequeño o mediano tamaño), bien ofrezcan un rendimiento periódico durante el periodo de tenencia (activos de infraestructura).

Los Filpe podrán dirigirse a todo tipo de activos no negociados en mercados regulados, al tratarse de activos ilíquidos, como inversiones en proyectos de infraestructura en transporte, energía o educación; las inversiones en sociedades no cotizadas, en la práctica sobre todo pymes; o las inversiones en activos inmobiliarios, como edificaciones o la adquisición directa de un activo de infraestructura.

Por su naturaleza, se exige un compromiso a largo plazo y, del mismo modo, la propuesta no fija un periodo de tenencia. Además, se apuesta por la flexibilidad de gestión en lo que respecta al calendario en el que deberá formarse una cartera de activos a largo plazo: la propuesta prevé un plazo de cinco años durante el cual ésta podrá construirse.

Proteger al pequeño inversor

Por otro lado, dado que los Filpe pueden venderse a minoristas, la necesidad de proteger al consumidor se acrecienta; ello se refleja, por ejemplo, en un mayor rigor en las normas aplicables a los fondos a largo plazo que prohíben invertir en activos que puedan originar conflictos de intereses, en las normas sobre transparencia que exigen la publicación de un documento de datos fundamentales y en condiciones específicas de comercialización.

Además, el texto asegura que el hecho de que no podrán realizarse reembolsos durante la vigencia de las inversiones seleccionadas "deberá indicarse claramente, a fin de que nadie se llame a engaño sobre la liquidez del fondo".