Ecoley
Mercado de valores: una reforma contrarreloj para el sector
La Ley que modificará las 'reglas del juego' para los operadores bursátiles de cara a 2015 impone a entidades y a la CNMV el reto de adaptarse a un marco inédito, a pesar de que faltan los últimos detalles regulatorios.
El marco regulatorio del mercado de valores en España se encuentra en plena transición. La Ley 32/2011, de 4 de octubre, que modifica la Ley del Mercado de Valores, promete dar un vuelco al sistema que ha regido al sector hasta ahora y, aunque queda margen para adaptarse -su entrada en vigor completa se producirá en 2017-, las entidades y la propia Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) van ya contrarreloj en el proceso de adaptación.
La idea clave es acercarse al modelo europeo en materia de compensación, liquidación y registro de operaciones bursátiles, revisando sus pilares fundamentales históricos con el objeto de armonizarlo con las prácticas y estándares de nuestros vecinos europeos. Y es que cuanto más uniforme sea la normativa que afecte a los mercados, más mejorará la competitividad y crecerán las oportunidades para el mercado español.
La norma, además, se ha tramitado con la cercana intervención de la CNMV, que busca garantizar su función de control en un marco que será diametralmente opuesto al actual y que, por tanto, le impone crear nuevas herramientas. También las entidades deberán adaptarse al nuevo escenario pero, mientras el reloj sigue corriendo, aún quedan asuntos que regular que impiden a la banca tomar decisiones estratégicas.
Para hablar sobre todas las novedades que introduce la nueva Ley, elEconomista acogió ayer un nuevo Desayuno Informativo, bajo la dirección técnica de Accenture, y moderado por el director de Iuris&Lex, Xavier Gil Pecharromán.
La CNMV, en el punto de mira
En él, los representantes de entidades como Citibank, Sabadell o BBVA dejaron claro que la CNMV tendrá que llevar a cabo un gran esfuerzo de adaptación para controlar el mercado en el nuevo marco.
En este sentido, Marta de Alba, directora de Servicios de Valores de BBVA, aseguró que el principal problema de la CNMV "no es la creación de algo nuevo, sino la desaparición del modelo de control actual", que se basa en las Referencias de Registro o RR. Por ello, la Comisión, al igual que las empresas, "tiene que dar un paso adelante e igualarse a Europa".
A su juicio, la Comisión ha trabajado hasta ahora con "tranquilidad" -aunque ésta debería haber sido "relativa, porque hay parte del mercado que no se controla con este modelo"-. Por eso, si la CNMV pierde sus puntos de referencia para llevar a cabo su control, "tendrá que cambiar de criterio".
Eso sí, en esa transición, la representante de BBVA resaltó que la idea es que "no nos impongan otros elementos que nos resten competitividad".
Un reto para las entidades
La misma premura a la que se enfrenta la CNMV acecha a las entidades que se encuentran, además, con un problema añadido, según coincidieron todos los asistentes, y es que la reforma deja muchos temas en el tintero, y que no están definidos, lo que puede suponer serios problemas teniendo en cuenta las exigencias del calendario.
Y es que, ya en el segundo trimestre de 2015, debe implantarse la Entidad de Contrapartida Central (ECC) de renta variable y llevarse a cabo el paso del Servicio de Compensación y Liquidación de Valores (SCL) al nuevo sistema, y para 2017 se prevé el paso de CADE (renta fija) al nuevo sistema y la conexión al liquidador único (T2S).
El problema reside en que las entidades deben empezar ya a desarrollar una definición estratégica y plantearse cómo integrar dos plataformas, la española y la europea, en una sola, como señaló Francisco Béjar, director de custodia y liquidación de BNP Paribas Securities Services. Sin embargo, y a pesar de que el diseño general ya está listo, quedan pendientes los "últimos coletazos" que impide a las empresas tener pleno conocimiento de cuáles van a ser las pautas marcadas por la reforma y así poder "tomar decisiones estratégicas".
Béjar explicó que asuntos como la estructura de costes o cuánto va a costar participar en cada una de las fases de liquidación y registro "aún están sin definir".
Además, no hay que olvidar que, tal y como aseguró Diego López-Abellán, socio de Servicios Financieros de Accenture, "nos encontramos con entidades que lo van a tener más complicado que otras" y a las que afecta en mayor medida el hecho de que "el diseño técnico de la reforma no esté cerrado".
Costes e incertidumbres
Por todo ello, si bien para los expertos, con la futura regulación nuestro mercado podrá desprenderse por fin de las particularidades domésticas que, en un escenario globalizado, que se han convertido en un lastre para nuestra economía, sin embargo la propuesta, "se queda corta, será muy costosa, y provoca serias incertidumbres".
Así, Sònia Quibus, directora de Administración de Mercados Financieros de Banco Sabadell, calificó la reforma de "indispensable" y aseguró que cambiará el mapa en España, generando "luces y oportunidades" para las entidades. Ahora bien, en la línea de los demás asistentes, aseguró que provoca "demasiadas incertidumbres" al tiempo que generará riesgos y costes "en un momento en que las entidades tenemos márgenes poco elevados".
Impacto sobre los inversores
A este respecto, Rafael González-Aller, responsable de liquidación y custodia de Citibank, enunció, entre las incertidumbres que plantea la reforma, cuál será el beneficio final para el inversor extranjero.
De igual modo, también existen dudas acerca del impacto que la reforma va a tener sobre los pequeños inversores (clientes retail). En este sentido, Marta de Alba, aseguró que "el reto está en trasmitirle las ventajas del mercado español", de modo que si, finalmente, no hay ventajas en coste, será necesario "abrirle un abanico de opciones ofreciendo un servicio más amplio y flexible".
Una nueva gestión de riesgo
Los expertos también hicieron referencia a los cambios que introduce la norma en la gestión del riesgo. En concreto, se crea la figura de ECC, que "supondrá la eliminación del concepto de aseguramiento en la entrega y la sustitución del sistema de fianzas colectivas gestionado actualmente por Iberclear por un sistema estandarizado de gestión de riesgos", según el propio texto de la reforma. En definitiva, se centraliza el riesgo, lo que tiene sus pros y sus contras.
De Alba aseguró que la CCP es "un motor especializado de cálculo de riesgos, y es precisamente un elemento de gestión profesionalizada de éste", pero el hecho de que todo el riesgo quede unificado en un núcleo hace que se plantee el problema de qué ocurrirá si éste "revienta". En cualquier caso, es un elemento que "gestiona mejor el riesgo que existe en cada entidad", por lo que mejora, a su juicio, el marco existente en la actualidad.
Además, permite un "reparto más justo". "Tanto riesgo introduces en el sistema, tanto pagas, y no estás volcando o haciendo que las entidades más grandes soporten el negocio de todas", apuntó.
Al nivel de Europa
A pesar de todos los temores revelados por los expertos, el resultado del debate arroja que la reforma atiende a una lejana reivindicación de situar al mercado español en una posición de "competitividad respecto del entorno europeo" al suponer un cambio drástico en la actual estructura. Y ello, dado que las entidades que prestan servicios en el mercado y no puedan ser generalistas tenderán a especializarse.
Una tendencia que ve muy clara Marta de Alba, para la que "se van a producir movimientos de especialización tanto en la fase de negociación como en las de compensación y liquidación". Y es que, dijo, "la entidad que no sea lo suficientemente grande para estar en las tres fases se va a tener que especializar y ser muy puntera" lo que obligará al mismo tiempo a las grandes entidades a ofrecer servicios de calidad".
Todos los expertos coincidieron, además, en que lograr una mayor competitividad en nuestro mercado es "un adelanto de siglos".