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Uno de los acusados asumió por teléfono el crimen de la sima de Azkoitia (Gipuzkoa)



    San Sebastián, 18 oct (EFE).- "Éste no va a ir como el otro al hoyo, este va a ir andando, no va a haber que llevarlo", aseguró uno de los tres acusados del crimen de la sima de Azkoitia (Gipuzkoa) durante una conversación telefónica intervenida por la Ertzaintza, en alusión a un hombre que le debía dinero por un asunto de drogas.

    Así lo ha desvelado hoy el agente que dirigió las pesquisas del caso, quien ha revelado el contenido de varias conversaciones telefónicas, "muy interesantes" para el esclarecimiento del crimen, intervenidas a dos de los tres encausados durante la investigación

    Este policía ha prestado declaración en la tercera y última sesión del juicio que se sigue en la Audiencia de Gipuzkoa contra Felipe R.A., Juan Carlos F.D. y Óscar D.C., para los que la Fiscalía y la acusación particular que ejerce la hija del fallecido reclaman penas de entre 20 y 29 años de prisión.

    Los hechos enjuiciados se produjeron el 12 de junio de 2009 cuando, con la excusa de llevar a cabo un negocio de drogas, los tres procesados citaron a su víctima, un vecino de Erandio (Bizkaia), en una nave industrial de Elgoibar (Gipuzkoa) propiedad de uno de los encausados y lugar de trabajo de otro, donde presuntamente la asesinaron, tras lo que se deshicieron del cuerpo en la sima Madarixa.

    Durante su declaración, el agente que dirigió la investigación ha recordado hoy una conversación telefónica que el inculpado Felipe R.A. mantuvo con un amigo y en la que, con motivo de una deuda impagada por un tercero, hizo una "referencia muy clara" al crimen al asegurar: "éste no va a ir como el otro al hoyo, éste va a ir andando, no va a haber que llevarlo".

    "Teniendo en cuenta que donde apareció el cadáver fue en una sima, la relación parece bastante clara", ha indicado el ertzaina.

    Este agente ha explicado además que posteriormente el interlocutor de Felipe reconoció en su declaración ante la Policía que el acusado le había confesado que habían matado "por un problema de drogas" a "un viejo", al que habrían golpeado con "un extintor" y "un martillo".

    No obstante, en el juicio de hoy, este amigo de Felipe se ha desdicho de su declaración policial que, según ha mantenido, hizo presionado y ha aclarado que el acusado únicamente le dijo que había tenido una "movida" con un "viejo" por un asunto de drogas.

    En otro momento de la vista, el director de la investigación de la Ertzaintza ha dado a conocer el contenido de una segunda conversación telefónica entre Felipe y Óscar en la que el primero dice al segundo, "casi literalmente": "No tendrás problema en decirles lo gilipollas que soy". Tras lo que éste le pregunta: "Vale, ¿les cuento lo del martillo?, y Felipe responde: "Sí, sí, cuéntaselo, cuéntaselo".

    En una tercera llamada interceptada por la Ertzaintza, estos dos procesados hablan de la posibilidad de crear una "microbanda" y hacen "varias referencias a que 'los muertos no piden'" y se ríen. "Vamos, no se les ve ni mínimamente afectados por el asunto", ha señalado el investigador principal del caso.

    En esta misma sesión, ha declarado el forense que dirigió la autopsia del fallecido, quien ha revelado que la muerte fue provocada por un golpe en la parte occipital del cráneo de la víctima propinada posiblemente por detrás con un objeto esférico de unos tres centímetros de diámetro, compatible con un martillo de bola, aunque también tenía otro golpe en la cabeza.

    Este profesional ha relatado además que el cadáver presentaba numerosas fracturas en las extremidades inferiores, la pelvis y la columna vertebral que, a su juicio, se habrían producido durante la caída desde una gran altura al fondo de la sima en la que fue descubierto.

    En esta última jornada del juicio, las acusaciones han mantenido sus peticiones de condena para los tres encausados y la defensa de Felipe ha demandado su libre absolución, mientras que las de Juan Carlos y Óscar han considerado que sus clientes son responsables de sendos delitos de encubrimiento, por lo que han pedido, respectivamente, dos años de cárcel para el primero, y la absolución del segundo por la aplicación de la eximente de haber actuado movido por un "miedo insuperable".