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Pospuesto el juicio de extradición de Troitiño a la espera de Estrasburgo



    Londres, 16 oct (EFE).- El juicio de extradición a España del etarra Antonio Troitiño, detenido en Londres el pasado junio, quedó hoy pospuesto hasta el próximo enero a la espera de que el tribunal de Estrasburgo se pronuncie en relación con la llamada doctrina Parot.

    El juez Michael Snow de la Corte de Magistrados de Westminster, en Londres, retrasó al 14 y el 15 de enero de 2013 la exposición de los argumentos del caso, con la expectativa de que para entonces se conozca si Estrasburgo ha admitido o no a trámite un recurso sobre esa doctrina presentado por las autoridades españolas.

    Mientras tanto, el etarra permanecerá en prisión preventiva en la cárcel londinense de alta seguridad Belmarsh, después de que el juez le denegara hoy por tercera vez la libertad bajo fianza.

    Troitiño, al que el Estado español pide en extradición para aplicarle la doctrina Parot, con la que se alarga las penas a los presos, deberá comparecer previamente en una vista rutinaria el 13 de noviembre, según dispuso el magistrado en cumplimiento de los plazos establecidos por la legislación británica.

    El caso de este detenido, que salió en libertad en España en abril del año pasado tras cumplir una pena de 24 años, depende de cómo se resuelva finalmente en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo (Francia) la cuestión de la doctrina Parot.

    El pasado julio, el tribunal revocó la aplicación retroactiva de esa doctrina (que existe desde 2006) a la etarra Inés del Río, al considerar que vulneraba sus derechos humanos.

    Como respuesta, el 4 de octubre el Gobierno español recurrió ese fallo ante la Gran Sala, la máxima instancia de la corte europea, que ahora debe decidir si admite o no a trámite ese recurso.

    Si Estrasburgo rechaza el recurso, el dictamen de julio se convertirá en sentencia firme y ello tendría consecuencias para un buen número de etarras a los que España quiere aplicar la doctrina, entre ellos Troitiño.

    Si de aquí a enero, cuando está previsto su juicio, el tribunal europeo desestima el recurso del Estado español, la corte londinense convocará una audiencia de urgencia para revisar el caso y podría autorizar su libertad.

    Pero si Estrasburgo admite a trámite la petición de España, se mantendrán los plazos previstos y en enero la defensa y la Fiscalía pasarán a exponer sus argumentos en contra y a favor de la extradición.

    Mientras tanto Troitiño permanecerá bajo custodia porque, como en ocasiones anteriores, el juez consideró que había riesgo de fuga, dado que, cuando fue detenido el 29 de junio en un piso del oeste de Londres, se hallaron documentos de identidad falsos, que hoy la Fiscalía aseguró que eran del procesado.

    Según la fiscal Melanie Cumberland -que representa a la Justicia española-, Troitiño pudo haber viajado con documento falso cuando llegó al Reino Unido desde Francia con el tren Eurostar.

    El etarra, que hoy compareció por videoconferencia desde Belmarsh vestido con pantalón oscuro y chaqueta de chándal blanca, fue puesto en libertad el 13 de abril de 2011 tras una condena de 24 años, pero días después la Audiencia Nacional revocó esa decisión y lo volvió a requerir para imponerle la doctrina Parot, que hubiera fijado su excarcelación para 2017.

    Para entonces, el interesado ya estaba ilocalizable, por lo que la Justicia española emitió una orden de arresto que llevó a su detención en el Reino Unido.

    La doctrina Parot, ahora cuestionada en Estrasburgo, establece que la redención de penas por beneficios penitenciarios se aplica respecto a cada una de ellas y no sobre el máximo legal de permanencia en prisión permitido en el Estado español, de 30 años, lo que en la práctica supone un alargamiento de las condenas.

    Antonio Troitiño, de 55 años, fue autor de varios atentados entre 1982 y 1984 y del perpetrado en 1986 contra un autobús de la Guardia Civil en la plaza República Dominicana de Madrid, donde fallecieron doce guardias civiles y hubo más de medio centenar de heridos.

    Judith Mora