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Egipcios exigen castigar a militares en el aniversario de la masacre de cristianos



    El Cairo, 9 oct (EFE).- Miles de egipcios rindieron hoy en las calles de El Cairo un emotivo homenaje a los cerca de treinta cristianos coptos que murieron hace un año en una protesta reprimida por los militares, y pidieron castigar a sus máximos responsables.

    En declaraciones a Efe, el activista identificado como Amr Guevara recordó la figura de su amigo Mina Daniel, uno de los fallecidos en la protesta, convertido en icono de la masacre, en medio de una manifestación cargada de simbolismo religioso y revolucionario.

    "No hemos olvidado a nuestros mártires, que siguen presentes, y reivindicamos sus mismas demandas y otras nuevas como el castigo justo para los culpables", apuntó Guevara.

    Convocada por organizaciones de activistas y cristianos, la marcha partió del barrio de Shubra, con una gran población copta, y desembocó frente a la sede de la radiotelevisión pública, en la zona conocida como Maspero.

    Fue ese último lugar cuando el 9 de octubre de 2011 una manifestación de coptos que protestaban por la quema de una iglesia en el sur del país derivó en violentos disturbios que causaron la muerte de al menos 28 personas y heridas a más de 300, la mayoría civiles.

    Los asistentes a la concentración de hoy condenaron que ningún miembro de las fuerzas del orden haya sido juzgado desde entonces por esos crímenes, motivo de preocupación también entre organizaciones internacionales de derechos humanos.

    La Iniciativa Egipcia para los Derechos de la Persona difundió un informe en el que destaca que "son cómplices quienes otorgan protección jurídica a los instigadores de la masacre", en referencia indirecta a las autoridades actuales.

    Los manifestantes no dudaron en pedir a gritos la ejecución de quienes dirigieron el Ejército y el Gobierno en ese convulso periodo de la transición egipcia.

    De manera gráfica, las caras del entonces jefe de la Junta Militar egipcia, mariscal Husein Tantaui, y el que fuera su número dos, Sami Anan, aparecían con la soga al cuello en los dibujos de las pancartas.

    También había fotografías de los tanques del Ejército que hace un año arrollaron a los manifestantes y de los multitudinarios funerales que se celebraron al día siguiente de la masacre.

    Como si fuera una especie de procesión, mujeres vestidas de blanco portaban las imágenes de los fallecidos en Maspero, sobre las cuales habían pintado auras doradas, siguiendo la iconografía cristiana de rito oriental

    A diferencia de la marcha que hace un año protagonizaron los coptos, numerosos musulmanes quisieron compartir esta vez sus reivindicaciones en un ambiente de respeto mutuo que quedó plasmado con el silencio y los posteriores aplausos que seguían a las llamadas a la oración que llegaban de las mezquitas.

    La musulmana Nahid Mohamed explicó a Efe que en estos últimos meses "no ha habido cambios en el país, ni para los cristianos ni para los musulmanes", por lo que -consideró- se deben seguir reclamando los derechos del pueblo durante el actual gobierno del islamista Mohamed Mursi.

    Varias marchas confluyeron finalmente en Maspero, centro de discursos y canciones patrióticos en el que apenas se percibía la presencia de fuerzas del orden en comparación con el amplio despliegue de un año antes.

    El joven Ahmed Habib, del Movimiento revolucionario 6 de Abril, expresó en ese lugar su apoyo a la minoría copta, que representa menos de un diez por ciento de los 80 millones de egipcios.

    "Estamos aquí para pedir justicia y que se respeten la libertad de expresión y el derecho a manifestarse libremente", apuntó Habib, mientras seguían acudiendo a Maspero más personas, muchas de ellas con brazaletes negros en señal de luto.

    Belén Delgado