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Los traficantes de Ca n'Espinós usaban a menores de guías para los toxicómanos
Según han explicado los responsables de esa operación policial, nueve de los 28 detenidos en el marco de la operación, entre los que no se encontraba ningún menor, han ingresado en prisión.
El responsable policial de la operación, el inspector de los Mossos Jordi Ollé, jefe del área de investigación criminal de la región policial Metropolitana Sur, ha explicado que han informado de la situación en que se encontraban estos menores, cuyo papel en el clan de venta de drogas desarticulado era importante, al servicio de Atención a la Infancia de la Generalitat.
En las sillitas que sirven para trasladar a los niños en los coches los responsables de la banda ocultaban la droga para evitar que la policía la descubriera en algún registro.
Posteriormente, los menores se encargaban de cortar la droga, de distribuirla en bolsas para la venta y de almacenarla.
El responsable de la operación ha apuntado que la operación que se llevó a cabo la pasada semana, en la que participaron 300 agentes, comenzó hace un año a raíz de la denuncia del Ayuntamiento de Gavà, que, entre otras cosas, aseguraba que se recogían cada semana en el barrio más de 1.000 jeringuillas.
"Sin duda este era el punto de venta de heroína de Cataluña", ha dicho Ollé, que ha añadido que "la investigación ha servido para recabar toda la información necesaria. Cuando entramos en los domicilios sabíamos lo que íbamos a encontrar y dónde", ha asegurado.
La droga estaba oculta en pisos diferentes a las viviendas en las que se vendía la droga, y los responsables de la banda pagaban entre 200 y 300 euros a los propietarios de los pisos para que les ocultasen los estupefacientes.
"La venta se hacía en otros pisos, de manera que si había una entrada policial no se encontraría una cantidad importante de droga", ha dicho Ollé.
El responsable de la investigación ha asegurado que con esta operación "se da por desarticulado el clan, compuesto por dos familias diferentes aunque con vínculos entre sí, que actuaban de manera independiente, pero sin ningún tipo de rivalidad".
La droga la conseguían de otros vendedores ubicados en diversos puntos del área metropolitana, como por ejemplo el barrio de Sant Cosme de El Prat.
Ollé considera que "el clan está desarticulado, pero ahora tenemos que hacer una importante tarea de prevención para evitar que se vuelva a organizar".
El responsable de la investigación ha apuntado que "son familias que no tenían ninguna otra fuente de ingresos, no tenían un empleo reconocido y, a pesar de ello, en las cuentas corrientes tenían más de 150.000 euros y hasta seis vehículos de alta gama".