La Policía alemana detectó descargas de pornografía infantil del acusado de Móstoles
En el segundo día del juicio a Manuel en la sección treinta de la Audiencia Provincial, y a quien la fiscal pide 62 años de prisión, dos policías de la Brigada Tecnológica que realizaron los informes sobre el material informático hallado han asegurado que se descargó imágenes de pornografía infantil y las compartió con usuarios de ese tipo de páginas.
Según los agentes, Manuel, de 29 años, tuvo que teclear determinadas palabras en su ordenador para acceder al centenar de imágenes pornográficas de menores que tenía en los discos hallados en su dormitorio.
Sin embargo, uno de los policías ha reconocido a preguntas de la defensa que una persona "puede no tener el conocimiento" de que al descargarse este tipo de imágenes las está facilitando a otros.
El acusado también tenía fotos y vídeos de carácter sexual hechos con un móvil y captados por él mismo a los menores, apareciendo incluso él, según los agentes, que han especificado que no se apreciaban abusos.
Han declarado los peritos que examinaron a los cuatro niños supuestamente agredidos sexualmente entre febrero de 2010 y marzo de 2011 y que tenían edades entre los 7 y los 14 años.
Han señalado que el menor de 14 años dio un testimonio creíble, aunque "habló más de los hechos sobre sus hermanos", algo normal entre estas víctimas, según los expertos.
Este adolescente comentó que Manuel le pedía a él y a sus dos hermanos que se dejaran tocar o tocarle a él, y que para lograrlo les ofrecía dinero; "subía el dinero, lo máximo diez euros", afirmó el menor.
Sobre su hermano de 10 años, y que tuvo una vivencia previa similar en su país de origen, los peritos han explicado que él y también sus dos hermanos, uno de los cuales calificó los hechos como "hacer guarradas", tienen "una situación de riesgo de hipersexualidad" por su preadolescencia y su ambiente familiar.
En cuanto a la cuarta supuesta víctima, primo de Manuel, los médicos han dicho que era un niño con problemas psicológicos previos y que, aunque presentaba ansiedad al examinarle, sus padres querían "negar" los hechos o sus secuelas.
Los psicólogos y psiquiatras que estudiaron a Manuel han resaltado, al igual que ayer su familia, que tiene una discapacidad intelectual del 65 por ciento y un retraso mental ligero, por lo que está limitado para estudiar pero no para realizar pequeños trabajos técnicos, por ejemplo, en un ordenador.
Una perito ha sostenido que Manuel tenía conciencia de que lo hecho estaba "mal", aunque no de "la intensidad del castigo" que implicaba, y que le considera "un pedófilo", es decir, una persona con deseos sexuales hacia menores, opinión no compartida por la psicóloga de la Federación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual (FEAPS) Laura Galindo.
Esta psicóloga trata a Manuel -"una persona muy vulnerable"- en la cárcel de Estremera y ha concluido que sí le gustaba jugar con los niños y grabarles pero no para abusar de ellos, y que no era "consciente" de la gravedad de su conducta.
Asimismo, un psiquiatra ha dicho que no estamos "ante un adulto" en relación a Manuel.