Una víctima de 'Cabeza de cerdo' afirma que le "dieron patadas en el vientre para abortar"
Esta es una de las declaraciones efectuadas ante la policía por las víctimas de Clamparu y que hoy han sido leídas en la Audiencia Provincial de Madrid durante el segundo día del juicio al procesado, para quien la fiscal ha elevado de 28 a 30 años de cárcel su petición de pena por cinco delitos de prostitución, uno de ellos coactivo a una menor, y por un delito de aborto.
Aunque la defensa de Ioan, que ha pedido su absolución, ha protestado por no poder dejar constancia de las preguntas que quería realizar a las testigos protegidos que no han comparecido en la vista al no ser localizadas, sí se ha dado lectura a sus declaraciones policiales.
Así, se ha recordado que la mujer de nombre falso Pepa relató haber recibido palizas al llegar a España usando pasaportes falsos dados por la banda a cambio de 10.000 euros a pagar en tres meses.
Aseguró que al día siguiente de llegar ella y otras jóvenes, todas rumanas, fueron llevadas a la Casa de Campo y "el capo" les pidió el nombre, los escribió en un papel y los metió en un frutero del que luego unos hombres sacaron a suerte la mujer que les iba a pertenecer como prostitutas.
También dijo ante la policía que al quedar embarazada "su chulo" le dio patadas "en el vientre" hasta que empezó a sangrar y fue llevada a una clínica "para abortar".
Pepa, que identificó a Ioan en rueda de reconocimiento, añadió que le habían contado que el acusado había asesinado y descuartizado a tres mujeres y que a otra le habían atado para que la atacaran y mataran unos perros.
Respecto a la chica rumana que ayer declaró en la vista que cuando tenía 17 años fue obligada a abortar, el médico forense que la examinó ha destacado que ella escribió una carta en la que lamentaba su aborto.
"Tengo un dolor en el corazón que me oprime desde que me han matado a mi niño", decía la menor, de nombre ficticio Andrea, en su escrito, hallado por la policía y que después fue mostrado al médico que la examinó para determinar su estado físico y mental.
"Su carta no obedece a un consentimiento pleno" del aborto y "el recuerdo de su carta permaneció en mi memoria" porque en 30 años de profesión como forense "no he leído algo igual" de una paciente, ha señalado el doctor, que atendió a otras supuestas víctimas de Ioan por sufrir abortos y palizas.
La ginecóloga del hospital de La Paz donde la menor fue llevada por la policía tras localizarla en la Casa de Campo 15 días después de abortar, ha recordado que parecía "una cría", estaba "muy asustada" y tenía los síntomas de haber abortado hacía dos o tres semanas.
Otra denunciante llevada a un centro de acogida para mujeres prostituidas fue localizada después por la banda y recibió una paliza, ha comentado el policía que la atendió cuando volvió a la comisaría con lesiones.
El agente ha rememorado que la investigación policial surgió en 2000 a raíz de las denuncias en varias comisarías de rumanas que decían estar siendo obligadas a prostituirse en la Casa de Campo, incluso con ropa que la propia banda les daba al llegar a Madrid con la falsa promesa de un empleo.
En su vigilancia en la Casa de Campo, los agentes vieron en alguna vez a Clamparu, de 43 años, considerado "el capo" por sus víctimas y quien recibía las ganancias.
Un policía ha aseverado que las chicas amenazadas por Clamparu -alrededor de cien, según las víctimas- estaban "super-controladas" pues recibían llamadas a sus móviles "constantemente".
El juicio a Clamparu termina el próximo día 9 después de que su letrado haya alegado problemas de salud para leer hoy sus informes, cosa que sí ha hecho la fiscal, destacando la credibilidad de los testimonios de las víctimas.