El acusado de matar a un hombre en el baño de una discoteca de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) alega legítima defensa
BARCELONA, 23 (EUROPA PRESS)
En el juicio, que se ha celebrado en la Audiencia de Barcelona, M.F.S., ecuatoriano de 40 años, ha asegurado que mientras usaba el lavabo, la víctima le tocó la espalda y, al girarse, le manchó de orina, por lo que, según él, la víctima se enfadó y le intentó asfixiar.
"Me faltaba el aire, me comencé a caer y mi reacción fue sacar el cuchillo", ha relatado el procesado, si bien el fiscal se he encargado de señalar que en las pruebas médicas no se observó ninguna lesión en el cuello.
El suceso ocurrió la madrugada del 3 de octubre de 2009 en la discoteca White Island de Vilanova, cuando tras pasar la noche de fiesta con su grupo de amigos, el principal acusado entró al baño del local y se encontró a la víctima --a la que no conocía-- y la apuñaló en cuatro ocasiones, una de ellas en el corazón.
El Ministerio fiscal acusa de "cooperador necesario" por el delito de asesinato con alevosía a un segundo hombre, I.F.B., ecuatoriano de 28 años, que también se ha sentado en el banquillo de los acusados, ya que, según ha afirmado, proporcionó el cuchillo a su compañero, dificultó la movilidad de la víctima y evitó que huyera, por lo que cumple condena provisional desde 2009 como M.F.S.
I.F.B. ha negado que entregara el arma a su compañero y ha manifestado que no participó en la pelea sino que vio a M.F.S con un cuchillo en la mano y le gritó alarmado: "Chino, ¿qué has hecho?".
Según él, quedó manchado con su propia sangre al intentar detener a su amigo --le hizo una herida sin querer-- y, cuando volvió a la sala, el fallecido estaba tendido en la pista de baile, momento en que todo el mundo empezó a señalarle y se asustó, de manera que decidió acudir a comisaría días después.
Su letrada ha insistido en su inocencia y ha afirmado que con el relato de los hechos "se ha creado una verdad de artificio".
La abogada de M.F.S. ha advertido al principio del juicio que su cliente no iba a mentir, y ha argumentado que tenía las capacidades cognitivas mermadas --estaba ebrio-- y actuó con la intención de defenderse, por lo que ha calificado los hechos de "homicidio imprudente" y no de asesinato como sostiene la Fiscalía.
Por estos hechos, el fiscal pide 20 años de cárcel para M.F.S. y 15 para el I.F.B., además de una indemnización de 240.000 euros para las hijas de la víctima y de 90.000 para su esposa.