Asma Mahfuz, la cara de la revolución, continúa su lucha en Egipto
Esta bloguera egipcia ha compartido el premio Sájarov 2011, que concede el Parlamento europeo, con el libio Ahmed Al Zubair, la abogada siria Razan Zaitouneh, el caricaturista de la misma nacionalidad Ali Farzat y el tunecino Mohamed Bouazizi que se quemó vivo.
Ellos son algunos de los rostros de la libertad de la primavera árabe.
Mahfuz viste pantalón vaquero, deportivas, un jersey ancho en tonos verdes, lleva velo islámico y se abriga del frío con un tres cuartos negro, color que utilizaron los jóvenes egipcios en señal de protesta contra el expresidente Hosni Mubarak.
El encuentro transcurre en la sede del Sindicato de Periodistas egipcios, un lugar neutro que contribuye a guardar la intimidad de esta mujer que el próximo 2 de febrero cumple 27 años.
Antes de la revolución trabajaba en temas relacionados con el marketing. "Ahora dedico mi tiempo al pueblo. Queremos que la Junta Militar deje el poder", apunta a Efe.
Sobre la victoria de los Hermanos Musulmanes en las elecciones al Parlamento no tiene nada que objetar: "Es lo que ha decidido el pueblo".
Las protestas protagonizadas el 6 de abril de 2008 por los obreros de las fábricas textiles del Delta del Nilo, en el norte de Egipto, dieron nombre al movimiento de jóvenes que se conocieron a través de Facebook y que instigaron la Revolución del 25 de Enero.
Ahmad Maher y Esraa Abdelfatah comenzaron a pasar mensajes de solidaridad y Mahfuz se sumó a ellos, a través de las redes sociales.
El 18 de enero de 2011 cuatro jóvenes egipcios se prendieron fuego y uno de ellos falleció.
Este suceso motivó a Mahfuz a colgar un vídeo en Youtube convocando una manifestación para el 25 de enero en la plaza de Tahrir, lo que fue el comienzo de las protestas que derrocaron el régimen de Mubarak.
Mahfuz es tímida, su mirada es directa y sus movimientos delicados esconden pasión y arrojo.
"No podíamos vivir sin derechos, sin libertad, humillados, sometidos a un dictador que gestionaba nuestras vidas", dice para justificar su decisión.
Después de colgar el vídeo en internet, Mahfuz sabía que le iban a detener.
"Tenía tal rabia en el cuerpo que marché hacia la plaza de Tahrir acompañada de tres jóvenes", recuerda, y dice que eligieron ese lugar por ser la plaza "más representativa de El Cairo".
Consciente de que el Ministerio del Interior rastreaba la Red, no le sorprendió encontrarse tres coches de policía en la plaza.
"Me puse delante de ellos y les increpé: '¿Por qué protegéis al tirano?'. No me detuvieron. El vídeo había llegado a tanta gente que no le interesaba al régimen", señala.
La actitud de Mahfuz no fue comprendida al comienzo por su familia ni por sus tres hermanos: uno militar, otro policía y otra ingeniera.
"Al principio se mostraron en desacuerdo con mis ideas que les comprometían ante sus superiores; más tarde me apoyaron", recuerda.
Durante el encuentro con Efe, Mahfuz consulta reiteradas veces su tableta electrónica, lee los mensajes de Twitter y los responde. Parece que le es más cómodo comunicarse a través de la redes sociales que en persona.
Es conocedora del movimiento español de los "indignados" del 15-M y sonríe cuando recuerda las imágenes de los jóvenes españoles concentrados en la madrileña puerta del Sol.
"La fuerza la tiene el pueblo, no los gobiernos", sostiene.
Y respecto al futuro de su país se muestra optimista: "Siempre gana el que tiene la razón."
Carmen Clara Rodríguez