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La forense ve compatibles con el maltrato los 35 hematomas de la detenida



    Barcelona, 13 dic (EFE).- La detenida que supuestamente fue maltratada por dos mossos d'esquadra en la comisaría barcelonesa de Les Corts salió de las dependencias policiales con 35 hematomas que, según ha sostenido hoy la forense del caso, son compatibles con la agresión policial que ella denunció.

    La perito forense que examinó a la denunciante, Elena P., ha declarado hoy en la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona contra dos mossos d'esquadra acusadas de maltratar a una detenida en la sala de cacheos de la comisaría de Les Corts, en uno de los casos grabados por las cámaras ocultas que el Departamento de Interior instaló en 2007

    El informe forense revela que la detenida, que también es juzgada por un delito de atentado a los mossos que la arrestaron, presentaba 35 hematomas y equimosis por todo el cuerpo y en el rostro causados por contusiones.

    Según la especialista, esas lesiones son compatibles con el relato de la detenida, que explicó que las mossos d'esquadra la tiraron al suelo con fuerza en dos ocasiones, agarrándola de las esposas y soltándola después, y con el bofetón que, según se desprende de la grabación, le propinó una de las agentes encausadas.

    Precisamente, las defensas de las dos mossos acusadas -que afrontan dos años de cárcel- han aportado hoy de forma sorpresiva una prueba pericial, que no había sido presentada en instrucción, que sostiene que la grabación del incidente contiene algunos "saltos" al haber sido modificado su formato para su exhibición en DVD.

    Según ha declarado el perito de la defensa, licenciado en ciencias de la información, la necesidad de adaptar a un nuevo formato imágenes grabadas con un número menor de "frames" puede haber provocado que los movimientos se vean algo acelerados y la visión no se ajuste totalmente a la realidad.

    Con esta pericial, la defensa de las agentes pretende demostrar, entre otros extremos, que la supuesta bofetada que una de la acusadas parece propinar a la detenida en la grabación no fue tal, sino un gesto para apartarle la cara y evitar que la escupiera, como sostuvo ayer la mosso acusada.

    Uno de los principales testigos que hoy han declarado en el juicio es un vecino que llamó a los Mossos d'Esquadra para alertar del alboroto que estaba causando Elena P., gritando y aporreando la puerta de su casa para que le abrieran porque no llevaba llaves.

    El testigo ha admitido que la joven se resistió a ser detenida por los Mossos, pero limitándose a patalear y agitar las manos, sin agredir a los agentes, y que insultó a los policías y a él mismo, aunque, ha precisado, no le hizo "ningún caso porque estaba bebida".

    La declaración del testigo, que ha añadido que la joven fue detenida y esposada frente en el rellano de su piso, contradice la de los dos agentes que detuvieron a Elena P., a quienes la acusación particular ejercida por ésta acusa de maltratarla durante su traslado a comisaría.

    Los dos mossos responsables de la detención mantuvieron ayer que la joven no tenía síntomas de ebriedad y explicaron que la habían esposado una vez en la calle, después de que Elena P. aprovechara el trayecto en ascensor hasta la planta baja para morder en la mano a uno de ellos y patearle con sus zapatos de tacón.

    En el juicio de hoy ha declarado asimismo el entonces novio de la detenida, que ha explicado que Elena P. salió de comisaría "llorando, asustada y con la ropa rota" y ha lamentado que, si los mossos le hubieran telefoneado a él en vez de detenerla cuando no podía entrar a casa, "ahora no estaríamos aquí".

    Testigos del juicio han sido también los mossos d'esquadra que trabajaban en la comisaría de Les Corts cuando Elena P. estaba encerrada en su celda, quienes han subrayado que la joven se encontraba muy alterada e insultándoles continuamente.