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El decano del País Vasco, elegido para asumir la presidencia de los notarios
Los decanos del Colegio Notarial del País Vasco, Manuel López Pardiñas, y del Colegio Notarial de Cataluña, Joan Carles Ollé Favaró fueron elegidos ayer presidente y vicepresidente, respectivamente, del Consejo General del Notariado.
En sesión plenaria, ambos decanos obtuvieron los votos a favor de nueve decanos -de los 17 que integran el Consejo-, lo que equivale a la mayoría absoluta. López Pardiñas y Ollé, encabezan, aseguran desde el Consejo, un programa de gobierno acordado por nueve colegios notariales que contiene las principales líneas de su mandato, entre las que se encuentran reivindicar el reconocimiento, en norma con rango de Ley, de la realidad y obligatoriedad del control de legalidad notarial; estudiar la elección directa del presidente por todos los notarios en ejercicio o potenciar acuerdos que permitan relaciones más fluidas con los registradores.
En esta misma sesión fueron elegidos miembros de la Comisión Permanente del Consejo, Palmira Delgado, decana del Colegio Notarial de Castilla-La Mancha y Cesar Belda, decano del Colegio Notarial de Valencia. Por último designó a Concepción Barrio, notaria de Madrid, secretaria de la institución.
Un año convulso
El Consejo sorprendía el pasado sábado 30 de julio con la noticia de la dimisión del presidente y el vicepresidente de la institución, Javier Guerrero Arias y Carlos Fernández de Simón Bermejo. Y fue precisamente el ayer elegido presidente de la institución quien asumió la presidencia en funciones.
Todo, tras un año bastante convulso para la presidencia de los notarios. Y es que, el pasado 21 de marzo Antonio Ojeda, tras más de dos años de mandato, renunciaba a la presidencia del Consejo. En su lugar, se hacía con el cargo su vicepresidente, Javier Guerrero. La premura con la que se convocó el Pleno para designar al sucesor de Ojeda -sólo tres días desde su renuncia-, suponía a juicio de los notarios madrileños, un "blindaje, en contra de los dictados de la buena fe, el nombramiento del nuevo presidente", y acusaban a Guerrero de "actuar en su propio y exclusivo beneficio" ante su previsible postulación, impidiendo la presentación "de otras candidaturas con unas mínimas garantías de éxito".
No obstante las acusaciones, Ojeda defendió que cualquiera de los 17 decanos podían presentar candidatura y que "la convocatoria se hizo en el menor plazo posible dado que los decanos que lo integran son los mismos desde hace dos años".
Por 12 votos a favor, el hasta entonces vicepresidente fue elegido para sustituir a Ojeda, para un mandato, en principio, que duraría 21 meses, hasta las elecciones de 2012. Cinco decanos abandonaron la reunión sin votar y "sin escuchar el programa del candidato, haciendo dejación de su deber de participar en la institución", señalaban desde el Consejo.
Como colofón de su andadura como máximo representante de los fedatarios, Guerrero superó el pasado 30 de junio una moción de censura presentada por un grupo de decanos que no pudo prosperar al no alcanzar la mayoría absoluta necesaria para lograr el cese del presidente. Los decanos que plantearon la moción, únicamente lograron sumar un total de ocho votos.