Latinoamérica
Un PRI que pretende haber aprendido de sus errores vuelve al Gobierno de México
Según el Instituto Federal Electoral, Enrique Peña Nieto, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), se ha impuesto con el 38,15 por ciento a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) por una diferencia de más de seis puntos. La candidata del oficialista Partido de Acción Nacional (PAN), Josefina Vázquez Mota, es tercera, y el cuarto lugar es para el ecologista y liberal de izquierda Gabriel Quadri. La participación fue la más alta de la historia electoral de México: el 62 por ciento.
AMLO reclama, como ya hizo en 2006, que hubo fraude electoral y pide revisar miles de mesas. No reconoció su derrota y se proclamó "legítimo Presidente mexicano". Entonces fue derrotado por apenas 0,56 puntos por el actual presidente Felipe Calderón, pero perdió apoyo por desconocer el resultado y mantener cortado el tráfico de la capital durante meses. Esta vez AMLO mantendrá su protesta por vías legales y pacíficas.
El PRI se ha defendido de las acusaciones sobre pago de comida, tarjetas de supermercados y dinero en efectivo a cambio de votos. Se exige transparencia para investigar las denuncias. La paradoja es que AMLO y la mayoría de dirigentes de su PRD proceden del PRI, del que se escindieron en 1988.
Se teme que con el retorno del PRI vuelva la vieja forma de gobierno poco democrático plagado de corrupción y clientelismo. Sin embargo, Peña Nieto pretende ser parte de una nueva generación de políticos, alejada de antiguos dirigentes y errores, plural y contraria al autoritarismo. Hábil y carismático, está casado con una conocida actriz de telenovelas y maneja su imagen con buen márketing.
Fracaso en la guerra al narco
La guerra declarada -y fallida- por Felipe Calderón contra el narco deja un país exhausto con más de 60.000 muertos. Quizá muchos mexicanos añoren los tiempos en los que al menos había una coexistencia pacífica con las mafias. Los doce años de gobierno del PAN no han puesto tampoco en marcha la modernización económica esperada por los mexicanos.
El virtual presidente electo asumirá el cargo en diciembre. La más urgente entre sus prioridades: la inseguridad. México se enfrenta al mayor brote de violencia vinculado al narcotráfico. Aunque tiene una tasa de homicidios inferior a la de otros países de la región -Venezuela, Honduras y Brasil- el grado de brutalidad de la violencia es muy superior.
Las bandas han evolucionado en vastas redes criminales. Es el caso de Los Zetas que, originalmente conformada por personal militar, hoy controla franjas del noroeste. El otro gran grupo es el cartel de Sinaloa, liderado por Joaquín "Chapo" Guzmán, el narcotraficante más buscado del mundo.
El nuevo gobierno deberá decidir si continuar con la estrategia militar o probar una nueva táctica. Peña Nieto quiere reorientar la lucha centrándose más en el combate a la violencia y no en el ataque directo a los cárteles. Y tendrá que luchar contra el problema de la impunidad: se estima que el 97 por ciento de los asesinatos vinculados al tráfico de drogas quedan impunes.
Peña Nieto dio un golpe de efecto en este sensible tema anunciando como asesor al general Óscar Naranjo, ex jefe de la policía colombiana, cuya labor es reconocida por haber liquidado a Pablo Escobar y los cárteles de Cali y Medellín. El nuevo presidente tendrá que presionar a EEUU para reducir la demanda de drogas, así como controlar el flujo de armas hacia México.
Retos económicos
La economía es la otra gran tarea pendiente. La tasa de crecimiento mexicano para 2012 -entre 3 y 4 por ciento- parece saludable. Pero hay que recordar que la economía cayó fuertemente en 2009 y la recuperación generó muy poco empleo formal. Para combatir la pobreza y generar mayores oportunidades de empleo se requieren reformas urgentes como la fiscal y la laboral. Una cuestión ardua es la posible privatización de Pemex, el monopolio petrolero estatal. La Constitución mexicana protege su control público. Peña Nieto ha prometido abrir Pemex al capital privado e introducir reformas como un sistema de seguridad social financiado por impuestos, y garantizar un ingreso mínimo a todos los desempleados.
La corrupción sigue dominando el discurso político tal y como se percibió en los debates televisados. Los cuatro candidatos fueron vinculados en algún momento con posibles casos de corrupción. Complica la situación el hecho de que los narcotraficantes tienen recursos para comprar apoyos. Los cárteles de la droga están infiltrados en la policía y organismos judiciales de varios estados.
Si bien se introdujeron medidas anti-sobornos -campañas de concienciación, recortes a organismos del gobierno- la corrupción está "arraigada en el sistema".