Chiringuito financiero: qué es y cómo mantenerse alejado
Isabel Blanco
Son muchas las entidades que se acercan a potenciales inversores para prometerles altas rentabilidades con poco riesgo con la única finalidad de quedarse con sus ahorros. Conozca todos los peligros que hay detrás y cómo identificar a estos vendedores
El organismo que supervisa los mercados financieros españoles no se anda con rodeos. "Sencillamente, son estafadores". Así define a los conocidos como chiringuitos financieros la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Este término se emplea para calificar a aquellas entidades que ofrecen y prestan servicios de inversión sin estar registradas y autorizadas para operar en el mercado. Normalmente se acercan a potenciales inversores con la promesa de proporcionarles altas rentabilidades mediante la inversión de sus ahorros en diferentes productos, pero el único objetivo es apropiarse del mayor dinero posible, por lo que al cabo de un tiempo acaban desapareciendo sin dejar rastro llevándose el capital que han captado de sus clientes. La CNMV ha identificado hasta 370 chiringuitos financieros en los últimos 14 años. 370 firmas de las que incluso publica el nombre y apellido de las personas que puedan estar detrás.
Para saber si la entidad que le está ofreciendo un producto financiero está cometiendo un fraude y solo quiere quedarse con su dinero puede consultar en la web del supervisor, donde hay disponible un buscador en el que poder encontrar todas las entidades sobre las que de momento la CNMV ya ha lanzado una advertencia al identificarlas como firmas no registradas.
El ahorrador debe tener en cuenta no solo que pueden quedarse con su capital si desaparecen, sino que, además, estos chiringuitos no están adheridos al Fondo de Garantía de Inversiones o de Depósitos, por lo que sus ahorros no estarían protegidos en caso de insolvencia de la entidad no autorizada -las que sí lo están aportan dinero a estos fondos-.
Cuándo se debería sospechar
Puede que la firma que le ofrezca un producto financiero aún no haya sido descubierta por la CNMV. ¿Cuándo empezar a sospechar entonces que puede estar siendo objeto de una estafa? "El modus operandi es casi siempre el mismo: primero llaman o contactan por correo electrónico para tantear a los clientes, presentándose como entidades autorizadas. A continuación, realizan un segundo contacto para ofrecer productos financieros con una propuesta clara de inversión. Una vez captado el cliente con técnicas agresivas, la transacción se lleva a cabo", explica la CNMV en un documento de advertencia para el inversor. Aunque los chiringuitos "también utilizan la publicidad en periódicos, TV, revistas u otros medios", advierte el regulador español, y puede invitarle a "reuniones sin compromiso" o a jornadas informativas.
Una de las alarmas debe saltar cuando la entidad en cuestión no esté reclamándole información, porque la normativa exige que las firmas recaben datos sobre los conocimientos y la experiencia del cliente con el producto que se le está ofreciendo para corroborar que está adaptado a su perfil de riesgo. Sin embargo, lo único que quieren saber los chiringuitos es si está dispuesto a invertir su dinero, sin evaluar la conveniencia o la idoneidad del producto para el ahorrador.
Otra señal clara es si se ve presionado para tomar una decisión. A los estafadores les urge que se lance a aceptar la oferta que le proponen. Así, al mismo tiempo, se librarán de tener que responder a posibles preguntas comprometidas y de que el potencial cliente pueda empezar a sospechar de que se trata de un engaño.
Y, sin lugar a dudas, desconfíe siempre que le ofrezcan rentabilidades muy elevadas. Sobre todo, si no van a asociadas a un alto riesgo. Porque si se quieren conseguir más ganancias, el riesgo que debe asumirse siempre será mayor. Conviene respetar esta máxima y, como mínimo, sospechar si no es así.
Además, los chiringuitos financieros suelen ofrecer en muchas ocasiones invertir el capital en productos complejos. Instrumentos que no están diseñados para cualquier inversor. Es más, las entidades que comercializan productos complejos como contratos por diferencias -CFD, por sus siglas en inglés-, contratos rolling spot foreign exchange -productos forex- u opciones binarias ya están obligadas a advertir expresamente al cliente que la CNMV considera que estos instrumentos no son adecuados para minoristas y a recoger un "texto manuscrito o grabación verbal" en el que el inversor acredite que va a comprar un producto especialmente complejo. Y, ojo, porque en algunos casos el producto ni siquiera existe.
La CNMV también alerta de que este tipo de entidades es habitual que exijan que "el dinero se desembolse mediante ingreso en una cuenta corriente -a veces en el extranjero- a nombre de una sociedad no española". A la mínima señal, conviene desconfiar y mantenerse alejado de estos chiringuitos financieros.