Internacional
Los expertos descartan que otros países americanos se sumen a la exigencias de López Obrador
- Recomiendan que España celebre con ellos su independencia
elEconomista.es
La intención del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, de que España se disculpe por los abusos de la conquista no encontrará réplica en otros países iberoamericanos que también están a punto de celebrar los bicentenarios de su independencia, a juicio de expertos consultados por Europa Press.
Los expertos consideran, además, que España hará bien en sumarse a las celebraciones que conmemoren esas independencias, al igual que en los aniversarios de las fundaciones de las distintas ciudades. Este año se cumplirán 500 años del nacimiento de La Habana y de Panamá.
Se trata de "estar presente de una u otra manera", pero " poniendo las cosas en su contexto adecuado", en palabras del investigador principal del Instituto Elcano, Carlos Malamud, catedrático de Historia de América de la UNED.
En su opinión, la iniciativa de López Obrador fue algo "insólito" y que no era previsible, sobre todo después de que el propio Felipe VI fuese a su toma de posesión y el presiente del Gobierno, Pedro Sánchez, le visitase en enero.
La profesora de Historia de América de la Universidad CEU San Pablo María Saavedra coincide en que fue algo "desmesurado" que no sucederá en otros países, con la posible excepción de la Venezuela de Nicolás Maduro.
Así, apunta que no tendrá nada que ver con lo que harán otros presidentes con vistas a los bicentenarios de las independencias de sus países. Es más, destaca que las palabras de López Obrador han sido recibidas con bastante desapego en Iberoamérica.
A su modo de ver, España tiene que estar presente en esos bicentenarios y "celebrar juntos el nacimiento de naciones hermanas". "No podemos hacer lo mismo que hacen los malos historiadores, o los malos políticos. Igual que no podemos juzgar lo que ocurrió hace 500 años con criterios de hoy, no se puede pensar que las independencias fueron una traición al rey de España", argumenta.
En realidad, esa normalización ya se da. Entre 2008 y 2011 estuvo operativa una comisión intermininisterial para las conmemoraciones de los primeros bicentenarios de independencia, si bien fueron actuaciones bastante coyunturales y efímeras, apunta Malamud.
Los reyes, invitados a Perú en 2021
Ahora, el presidente peruano, Martín Vizcarra, durante su reciente visita de Estado a España, ha invitado a los Reyes a viajar a Perú con motivo del bicentenario de su independencia, en 2021. Ese año también se conmemorarán las de los países centroamericanos.
"Si hay una invitación oficial, por supuesto que deben ir. Todo lo que sea reforzar los lazos con los países latinoamericanos, bienvenido sea", opina Malamud.
Los propios Reyes comenzaron esta semana su visita de Estado a Argentina con la tradicional ofrenda al Libertador San Martín, héroe de las independencias del Cono sur tras combatir en España contra la invadían napoleónica.
"Siempre habrá voces de algún sector, más de políticos que de historiadores, que dirá que no se le puede celebrar, que fue un traidor a España, pero hay que olvidarse de lo que sucedió hace 200 años, en un contexto de invasión de los franceses en España, y pensar en construir una comunidad latinoamericana con esa base común, opina Saavedra.
Esta historiadora cree que 1992 fue una ocasión estupenda para ello, pero que no se aprovechó, precisamente porque "se abrió una brecha con el tema del perdón y el indigenismo", así que ahora debería actuarse en esta dirección, posiblemente a partir de pautas del Ministerio de Exteriores.
Eso sí, admite que la situación política en España, donde parece que se gobierna permanentemente en periodo electoral, hace difícil una estrategia a medio plazo.
Situaciones incómodas
Por su parte, Malamud da por hecho que en esos bicentenarios pueden darse otras situaciones incómodas, como ya pasó con los primeros bicentenarios, cuando hubo una carta de Hugo Chávez al Papa y derribos de estatuas de Colón en varias ciudades.
Con todo, descarta que el asunto pueda convertirse en un problema para la reputación de España, porque "son cuestiones muy coyunturales que no afectan a la esencia de la imagen".
En todo caso, sí cree que "los políticos deberían dejar de azuzar este tipo de cuestiones y hacer campaña política con ello, porque solo abona que se sigan diciendo barbaridades", y dejar el análisis del pasado a los historiadores.