Internacional
"Sólo nos han dicho que tal como hemos entrado, salgamos", el relato de una española atrapada por el terremoto de Indonesia
- Caos y peleas para ser evacuados desde Islas Gili a Lombok en botes
- Aseguran que se venden billetes de avión falsos que se cobran solo en metálico
- Se sienten abanadonadas por la embajada que no ayuda con los trámitesción
Aurora Echevarría
El domingo 5 de agosto, Teresa Aznar y un grupo de amigas iniciaban unas vacaciones paradisíacas en Islas Gili en Indonesia. Ya había habido un terremoto la semana anterior en el archipiélago de Lombok pero no contaban con sufrir un nuevo sismo y de más intensidad. Todo sucedió muy rápido para estas dos amigas y el viaje de placer se convirtió en sufrimiento, miedo e impotencia ante la falta de ayuda de las autoridades españolas e indonesias.
Aseguran que desde la embajada no se les ha facilitado ni siquiera ayuda para poder comunicarse con las aerolíneas indonesias y conseguir salir del país, "lo único que nos han dicho es que tal como hemos entrado salgamos, eso sí que les avisemos de cuando lo conseguimos para llevar un registro".
Así ha sido desde el principio, estás dos españolas se han puesto en contacto con ElEconomista para que "todo el mundo sepa que estamos abandonadas a nuestra suerte". Todo empezó al poco tiempo de llegar, estaban tomando algo en un bar cercano a la playa con otros españoles cuando la tierra empezó a temblar, ellas relata como "todos gritaban 'terremoto' y nos decían que fuéramos a la colina". Ellas, confundidas como el resto de turistas, solo pudieron huir pero al salir del bar se encontraron con la más absoluta oscuridad donde "todos corrían sin sentido de un lado a otro sin saber que hacer".
La Isla de Gili perdió el suministro eléctrico y el grupo de amigas consiguió encontrarse a gritos en medio del caos. La idea era dirigirse al hotel "no teníamos nada, necesitábamos coger el pasaporte por lo que pudiera pasar". Al entrar encontraron a muchos otros huéspedes en su situación con los que se chocaban. Además, los temblores no cesaban. Las autoridades de Gili, instaron a permanecer en la playa, ya que vigilarían el nivel de la marea para prevenir un posible 'tsunami' y no podían acceder a la colina que estaba dentro del pueblo en el que las edificaciones caían por las réplicas del terremoto.
De noche, en la playa, empezaron a tomar conciencia de la gravedad del terremoto al ver desfilar heridos y personas fallecidas en las mismas hamacas del 'resort' en el que esperaban vivir unos días de diversión y rélax.
Pasaron las primeras 12 horas tras el seísmo a la intemperie, buscando el consuelo de otros turistas españoles con los que poder comunicarse. Nos confiesan que pasaron la noche aterrorizadas con nuevos temblores "allí todo el mundo lloraba, gritaba y rezaba". Nadie les dio una manta, algo de comida "no nos daban chalecos salvavidas, nadie sabía que hacer y nadie venía a buscarnos". explican aún nerviosas. Al llegar el día, la situación no mejoró. Fueron al hotel a recoger su equipaje y vieron como la mezquita de la localidad se había derrumbado por completo.
De vuelta a la playa, empezaron la evacuación en botes salvavidas. "Llegaban barcas de pescadores con cuentagotas para sacarnos de allí pero no evacuaban a los turistas, solo a los locales", nos informan indignadas. El caos se intensificó y se produjeron peleas, "todos queríamos salir de allí", apuntan Teresa y sus amigas, sensiblemente conmocionadas por los momentos vividos.
Finalmente consiguieron llegar a Lombok en un bote de la policía, donde los evacuados de las islas Gili encontraron más problemas. "Conseguimos meternos nuevo en una furgoneta, allí todo el mundo quería hacer negocio", nos relatan. El aeropuerto internacional de Mataram está a cerca de dos horas en coche desde el muelle y este grupo nos asegura que a las enormes grietas, la destrucción y los desprendimientos de la propia calzada había que sumarle el miedo porque los temblores no paraban.
Ya en el aeropuerto fue imposible encontrar un vuelo. El seísmo había interrumpido el viaje de más de 7.000 turistas que debían ser evacuados de Lombok. A esta multitud de gente había que sumarle que "nadie hacía nada, ni nuestra embajada nos facilitó un traductor y claro aquí nadie habla español y pocos inglés". Los vuelos desde Lombok eran insuficientes y las necesidades muchas por ello hay compañías que, siempre según la versión de Teresa y Paula, están vendiendo billetes falsos.
Al menos está vez les facilitaron mantas con las que cobijarse, aunque no ayuda para cambiar los vuelos o poder comunicarse, "se supone que había personal de la embajada de España pero lo único que hacían era apuntarnos para saber que estábamos vivos". Más de 1.000 personas durmieron esa noche en el aeropuerto, según datos facilitados por el director del aeropuerto a la agencia EFE.
Un gran grupo de turistas, entre los que se encontraban Teresa y sus amigas, decidieron dormir de nuevo al raso tras un nuevo movimiento de tierras en una pradera sin edificios ni árboles en la que nuevamente sintieron las réplicas y el miedo a in seísmo mayor. El grupo de Teresa, tras visitar 5 cajeros y utilizar todas las tarjetas de las que disponían porque "solo admiten el pago en metálico y están haciendo muchos 'chanchullos' para aprovecharse de la situación", consiguieron un vuelo a Yakarta y dejaron el archipiélago de Lombok atrás.
En Yakarta, encontraron la generosidad de la dirección del hotel Melia, "uno de los amigos que hemos encontrado en este viaje conocía a la directora y se están portando muy bien" explica Teresa. En el hotel les han facilitado alojamiento y comida a precio de empleado. Además, están ayudándoles con todos los trámites para poder volver lo antes posible.
Mientras tanto, la Embajada Española en Indonesia, no se hace cargo de la situación y les ayuda a volver a España. Lo que tiene claro este grupo es que hay mucho mundo que ver y se mantendrán bien lejos del "anillo de fuego". Por su parte, Teresa es tajante "ya ha pasado todo y estamos bien pero yo no vuelvo a Indonesia en mi vida".
El grupo de Whatsapp de la Embajada
En un comunicado enviado el día 7 por la Embajada de España en Indonesia se aseguraba que los 300 turistas españoles estaban localizados y a salvo tras el terremoto que azotó el archipiélago de Lombok. Igualmente se ponía a disposición de los afectados y sus familias un servicio de información.
Se informaba de la puesta en marcha de los protocolos de actuación en caso de catástrofes naturales por parte de los organismos internacionales y nacionales pertinentes, con el fin de facilitar la repatriación de los 300 españoles afectados.
Además, la novedad era la creación de un grupo de Whatsapp en el que más de 200 personas estaban permanentemente conectadas en todo momento. Este grupo de mensajería se unía a los canales en redes sociales para facilitar el flujo de información entre las autoridades y los afectados.
Hemos tratado de obtener los datos oficiales del número de españoles que ya han podido volver a España y conocer de primera mano cómo están siendo los trámites para repatriar a los que aún permanecen en Indonesia pero, por el momento desde la Embajada de España en Indonesia, no han podido facilitarnos aún esta información.