Internacional
El frente antieuropeo en Italia protagonizará la próxima campaña para nuevas elecciones
- La Liga y el M5E se manifiestan contra el nuevo Gobierno tecnócrata
- Una coalición de los extremistas ganaría el 90% de circunscripciones
Giovanni Vegezzi
"La pertenencia al euro es una opción fundamental. Si queremos discutirla, entonces deberíamos hacerlo de manera seria", afirma el presidente de la República italiana, quien el pasado domingo obligó al Movimiento 5 Estrellas (M5E) y a la Liga a mostrar sus verdaderas intenciones. Vetando el nombramiento a ministro de Economía del euroescéptico Paolo Savona, Sergio Mattarella dio el pistoletazo de salida para una nueva campaña electoral en la que la permanencia de Italia en la moneda única será el tema central.
El mandatario no aceptó el nombramiento de Savona por dos razones: en primer lugar, como indicó en su mensaje televisado del domingo, porque "la designación del ministro de Economía siempre es un mensaje inmediato, de confianza o de alarma, para los operadores financieros y económicos". Nombrar a Savona, defensor de la posibilidad de sacar a Roma de la eurozona, habría disparado las alarmas sobre la solvencia de los bonos transalpinos. Con más razón, ya que el acuerdo de Gobierno entre M5E y Liga preveía una mezcla explosiva para la ya abultada deuda pública transalpina, intentando conciliar programas económicos opuestos: la renta básica de ciudadanía del M5E y el recorte de impuestos de la Liga.
Carlo Cottarelli, economista que acaba de recibir el encargo para formar un Gobierno tecnócrata que llevará el país a nuevas elecciones ha estimado para el programa populista un coste de 125.000 millones de euros.
La segunda razón es que Mattarella temía que M5E y Liga, en paralelo al aumento del gasto público, preparasen también una salida de la moneda única y una quiebra parcial de la deuda.
Paolo Savona intentó defender su postura el pasado fin de semana, indicando en una carta abierta a Mattarella su compromiso para "una Europa diferente, más fuerte pero más justa", antes de que el Gobierno populista fracasara definitivamente. Sin embargo, publicó su manifiesto en una web económica famosa por su euroescepticismo. En la misma página está colgado un plan para sacar a Italia de la eurozona, del que Savona es supuestamente uno de los autores. "El nivel de éxito del plan B está relacionado con el secretismo y la confidencialidad que se consiguen mantener", indica el plan, que aconseja anunciar la salida de Italia del euro un viernes, después del cierre de los mercados, parando todas las transacciones hasta el lunes, cuando se lanzaría la nueva lira e imprimiendo 8.000 millones de nuevas monedas. La nueva divisa arrancaría con una depreciación de entre el 15% y 20%, mientras se llevaría a cabo una quiebra parcial de la deuda para rebajar su nivel del 130 al 60% del PIB.
Al leer este plan no es de extrañar el veto de Sergio Mattarella sobre Savona. La que, sin embargo, resulta injustificada es la reacción de Luigi Di Maio y Matteo Salvini. Ambos se han precipitado a criticar a Mattarella por su actuación y llamar a manifestarse en su contra.
Es evidente que ambos partidos ya han vuelto a la campaña electoral. Sin embargo, Mattarella al vetar el candidato para Economía no hizo nada extraño, ni fuera de las costumbres de las instituciones italianas. Según la Constitución transalpina es el presidente de la República quien "nombra a los ministros, previa propuesta del presidente de Gobierno". Y, de hecho, los antecesores de Mattarella vetaron varios candidatos en la reciente historia política: en 2014, Matteo Renzi tuvo que quedarse con Pier Carlo Padoan en Economía, en vez de su candidato Graziano del Rio, que fue nombrado ministro de Fomento. Lo mismo le pasó a Berlusconi, cuando en 1994 quería nombrar a su abogado, Cesare Previti, como ministro de Justicia.
Comicios precipitados
La verdadera anomalía política es que ni M5E ni la Liga avanzaron una propuesta alternativa a Savona y rechazaron sustituir al profesor con el número dos de la Liga, Giancarlo Giorgetti, como le había sugerido Mattarella.
Por esto, la petición de Di Maio al Parlamento para que impugne al presidente de la República por atentado a la Constitución es un disparate, una reacción en caliente al fracaso del Gobierno, cuyo responsable principal es Matteo Salvini. El secretario general de la Liga es sospechoso de haber tensado a propósito la cuerda con Mattarella para alcanzar su objetivo: ir a elecciones anticipadas. La Liga, según los sondeos, podría crecer hasta el 25% (con respeto al 17% de las últimas generales). El M5E, en su lugar, estaría perdiendo votos, con un resultado por debajo del 30% (32% en las elecciones). De hecho, la creciente tensión sobre el euro favorece al partido derechista de Salvini, mientras Di Maio volvió a reafirmar en el blog del Movimiento que su "política económica nunca ha previsto la salida del euro", Salvini se prepara para ponerse otra vez su llamativa camiseta con la inscripción Basta Euro.
Sin embargo, el fracaso del experimento de Gobierno populista ha acercado a los dos líderes: ambos eligieron la fecha símbolo del 2 de junio, la fiesta nacional de la República, para protestar en contra de la decisión de Mattarella de nombrar un Gobierno tecnócrata antes de las elecciones anticipadas. Y de momento no descartan presentarse a los próximos comicios con un cartel electoral eurófobo, que arrasaría a los partidos tradicionales. Según una proyección del Instituto Cattaneo sobre los datos del 4 de marzo, una alianza entre M5E y Liga ganaría en el 90% de las circunscripciones, obteniendo una abrumadora mayoría de dos tercios del Parlamento.
La presión de los partidos populistas ya está pasando factura al Gobierno de Cottarelli. El exfuncionario del FMI se reunió el martes con Mattarella, pero sin anunciar, como estaba previsto, la lista de los ministros. Cottarelli volverá este miércoles al Quirinale, palacio presidencial, aunque ante la eventual falta de apoyo parlamentario del Ejecutivo tecnócrata ,se podría precipitar al país a nuevas elecciones durante el verano.
El Banco de Italia teme por la confianza
El gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco, advirtió el martes de que el país está a "muy pocos pasos" de perder el activo de la confianza, en un contexto en el que la economía transalpina afronta una de sus peores crisis institucionales que ha desencadenado una ola de tensiones ante la posibilidad de una victoria del frente euroescéptico. "No debemos olvidar que estamos a unos pocos pasos del riesgo muy grave de perder el activo irreemplazable de la confianza", alertó Visco en un discurso pronunciado en la reunión anual de la institución monetaria transalpina.