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El plan de Macron para tomar el control de la Unión Europea pasa por un acercamiento a la Rusia de Putin

    El presidente de Francia, Emmanuel Macron, con el presidente de Rusia, Vladimir Putin. Reuters

    elEconomista.es

    El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha comenzado a sacudir los cimientos en los que está asentada la Unión Europea con el objetivo de convertirse en el líder del Viejo Continente, mientras Angela Merkel afronta el ocaso de su carrera política. Entre sus objetivos destaca un acercamiento a la Rusia de Putin como socio preferente ante una China cada vez más descarada y un EEUU más inestable.

    El político galo eligió a The Economist con una entrevista, a principio de mes, para sacudir a la OTAN y la política comunitaria sobre Defensa. Macron lanzó un mensaje claro: "La OTAN está en muerte cerebral". Cuestionó la estrategia de Europa de apoyarse en la alianza con EEUU para el despliegue de su política militar y exterior. "La Unión Europea está al borde del precipicio y en riesgo de desaparecer geopolíticamente", se expresó con crudeza el mandatario galo. Todo una provocación para Alemania quien ha liderado en la última década al bloque comunitario. La canciller Angela Merkel tuvo que salir a defender a la OTAN.

    Es el último desafío lanzado a Berlín después de que en sus dos primeros años en el Elíseo no haya logrado mover a Merkel hacia su idea de reformar la Unión Europea. Pero Macron ya ha abierto debates que molestan a Alemania, como impedir que nuevos países se unan a la UE, restringir la movilidad de ciudadanos europeos sin pasaporte y la cooperación en defensa.

    "Macron cree que Europa necesita moverse urgentemente", señala a Bloomberg Martin Quencez, miembro del think thank German Marshall Fund. "Piensa en el comienzo de un nuevo mundo bipolar y quiere que Europa sea un jugador activo y no una pieza del puzzle", indica el experto. El joven presidente de Francia está tocando temas sagrados que está enojando a sus socios comunitarios, pero a la vez está generando debates reprimidos durante mucho tiempo y moviendo los bloques de alianzas dentro de la Unión Europea.

    Macron está convencido de que la UE ya no puede permitirse el lujo de seguir con su política de construir consenso y no alterar el orden establecido. Y defiende un bloque más ágil que no dependa de los socios más lentos. Para el presidente galo, hay desafíos, como el cambio tecnológico, la emigración, el cambio climático y un mundo cada vez más hostil, demasiados grandes para tener que esperar hasta al último miembro de la UE.

    Si Moscú pudiera entrar en la órbita de Europa en lugar de en China, podría ayudar a inclinar la balanza para un supercontinente europeo

    Mientras los líderes de la OTAN se preparan para reunirse en Londres la próxima semana, Rusia se ha convertido en un aliado en la mente de Macron. Si Moscú pudiera entrar en la órbita de Europa en lugar de en China, podría ayudar a inclinar la balanza para un supercontinente europeo. Macron quiere que Europa esté lista para cuando Rusia se canse de ser el socio menor de China, indica Quencez.

    El mes pasado, Francia nombró un enviado especial para reconstruir la relación de la UE con el Kremlin y convencer al resto de la UE de que el esfuerzo vale la pena. Macron ya recibió al presidente Vladimir Putin dos veces y el próximo mes dirigirá conversaciones en París con Putin, Merkel y el presidente Volodymyr Zelenskiy para detener las hostilidades en curso en el este de Ucrania.

    Rusia puede ser el foco de las recientes iniciativas de Macron, pero el corazón de su proyecto es el poder europeo. Con China cada vez más descarada con sus intereses y EEUU menos fiable más poco confiables, Macron exige que la UE establezca mecanismos para ejercer su contra poder con un nuevo socio geopolítico.

    Para el funcionamiento de la UE supondría eliminar el veto de nuevos pequeños países del Este de Europa y un impulso para agilizar la toma de decisiones, mientras que Macron está preparado una reforma del espacio Schengen, para controlar la inmigración con un mayor compromiso de todos los países.

    Fuera de foco, diplomáticos de varios países de la UE dijeron que sus gobiernos apoyan más la visión de Macron de lo que están dispuestos a revelar en público. Algunos funcionarios europeos dicen que es la llamada de atención que Europa necesita. Están felices de que Macron tome el control y acogen con satisfacción que signifique mover el bloque comunitario y arrancar compromisos de sus miembros.

    Diplomáticos de varios países de la UE dijeron que sus gobiernos apoyan más la visión de Macron de lo que están dispuestos a revelar en público

    Sin embargo, algunos viejos socios pueden quedarse por el camino. Un diplomático europeo dijo que nunca había visto a los alemanes tan enojados después del ataque de Macron contra la OTAN en The Economist este mes. No era solo el contenido de lo que había dicho, sino el lenguaje provocativo que usaba y el hecho de que no recibieron ningún aviso de lo que se iba a publicar.

    En la sede de Bruselas de la UE y la OTAN, así como en otras capitales europeas, muchos políticos critican a Macron por su arrogancia, autocracia y resultadista. Algo que está generando extrañas alianzas. Alemania e Italia han estado en desacuerdo durante años, pero de repente están encontrando puntos en común cuando Merkel busca ayuda para rechazar a Macron.

    Mientras, la postura anti-Bruselas del primer ministro húngaro, Viktor Orban, le pone directamente en desacuerdo con la visión ilustrativa del presidente francés. Pero Macron ve a Orban como alguien que puede ser útil para construir apoyo en el Este. Orban ha visitado el Elíseo y ha sido presionado para convencer a Polonia de aceptar un deshielo en las relaciones con Rusia.

    El equilibrio de poder en la Unión Europea es complejo. En febrero, Francia amenazaba con denunciar el controvertido gasoducto Nord Stream 2 entre Alemania y Rusia. Macron finalmente cedió, pero demostró los intereses cruzados entre París, Berlín, Bruselas y Moscú.