Infraestructuras y Servicios
Cuatro villas turísticas que costaron a Andalucía 24 millones, a subasta por entre 1,5 millones y 350.000 euros
- La Junta se deshace de ellas tras años de abandono y gastos
- Ha recuperado ya 121 millones con la venta de inmuebles sin uso
- Polémica en Serón: el Ayuntamiento reclama un hotel en el que se han gastado millones, pero como cesión y sin pagarlo
Juan Esteban Poveda
A finales de marzo de 2016, operarios de la Junta de Andalucía desmantelaron la villa turística de Serón (Almería), construida a finales de los años 90. No se llevaron sólo los muebles. Arramblaron con el cableado eléctrico y hasta con los interruptores. En realidad, el apartahotel de 19 alojamientos en el que la administración había reconvertido uno de los edificios del antiguo poblado minero de Las Menas llevaba tres años cerrado, tras una aventura pública en la industria turística ruinosa, en la que se enterraron millones de euros. Ahora la Junta ha sacado a subasta esa villa, junto a las que también llevan años cerradas en el Pinar de la Vidriera (Huéscar, Granada), Cazalla de la Sierra (Sevilla), Fuenteheridos (Huelva). Hay otra en la comarca malagueña de la Axarquía, en Periana, también cerrada pero que no se va a subastar sino que revierte al Ayuntamiento, propietario del recinto. Las cinco, que no producen ningún ingreso desde hace más de un lustro, han generado un coste de 23,8 millones desde su incorporación a la red pública de villas turísticas. Con la subasta la Junta intenta recuperar unos 4 millones de euros, y poner fin a esta sangría.
Los precios de salida de las cuatro villas oscilan entre los 1,5 millones de euros de la villa de Las Menas de Serón y la de Pinar de la Vidriera y los aproximadamente 350.000 de Fuenteheridos y Cazalla de la Sierra.
Negocio ruinoso
La red de villas turísticas de Andalucía está compuesta por 10 inmuebles (9 villas y el hotel de Serón) distribuidas por las 8 provincias andaluzas. Cinco de ellas se encuentran en funcionamiento y las otras cinco cerradas, algunas desde hace 18 años (la última cerró en 2013).
La Junta explica que en la construcción de las villas se invirtieron en su momento, al menos, 25 millones de euros, y que sólo en las cinco que están cerradas la inversión ascendió a 14,8 millones. Y desde 2009, cuando se produjo la cesión de las mismas, adscritas a la Empresa Pública Turismo Andaluz (EPTA), hoy Empresa Pública de Gestión del Turismo y del Deporte, a la sociedad Red de Villas de Andalucía, han generado otros 9 millones en costes. Sólo el mantenimiento de las que están sin uso suponía un gasto de casi 500.000 euros anuales.
Estrategia de Patrimonio
La subasta de estas instalaciones forma parte de la estrategia de la Dirección General de Patrimonio, adscrita a la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, para poner en valor el patrimonio sin uso de la Junta de Andalucía.
En 2019 no existía un inventario fiable que permitiera conocer de manera integral el patrimonio de la Junta de Andalucía y su situación de hecho, y muchos de los inmuebles de los que era titular la Junta estaban, desde hacía muchos años, vacíos, abandonados y sin uso alguno.
No existían proyectos de inversión ni puesta en valor; ni había una política integral de gestión del Patrimonio, lo que generaba un coste de mantenimiento y restauración muy elevado, que se incrementaba con el paso del tiempo. También por los impuestos que gravaban dichos inmuebles (y por los impagos en que se incurrió).
La Dirección General de Patrimonio se propuso desde 2019 depurar, investigar y regularizar la situación de los inmuebles sin uso o infrautilizados que forman parte del patrimonio público andaluz. Ello ha permitido, entre otras cosas, que se hayan generado ingresos, bien por subasta o bien por adjudicaciones directas de inmuebles en desuso, un total de 121.166.913,45 euros, además de procurar un ahorro estimado de 980.000 euros anuales en gastos de mantenimiento y costes tributarios (sin contar con los 500.000 euros anuales que cuesta en estos momentos el mantenimiento de las villas turísticas cerradas).
Está ya publicada en BOJA la cuarta subasta de patrimonio público, que incluye 14 inmuebles que salen a la venta por un precio de salida de 21,5 millones de euros. La subasta de las cuatro villas turísticas será la quinta que se celebre desde 2019.
Polémica en Serón
La única de estas subastas que está generando polémica es la del hotel de Serón. El alcalde, Manuel Martínez, ha reclamado a la Junta de Andalucía, se ha manifestado contra esa venta, que en IDEAL ha llegado a calificar de "expolio", ya que a su juicio aquello "pertenece al pueblo y debe ser gestionado desde lo público".
La Junta de Andalucía estima en más de 20 millones lo que ha gastado desde lo público en el poblado minero de Serón desde su compra en 1983. Lo que fue el hotel sólo comprende algunos edificios en los que se gastaron más de dos millones. La propiedad de la administración andaluza, lo que es el poblado en sí, es mucho mayor, y no sale a subasta. Es decir: no se vende ningún poblado minero. Sólo algún edificio.
De hecho el Ayuntamiento ya obtuvo en ese poblado, y en régimen de cesión, un camping. Y se le ha ofrecido ahora añadir un parque forestal y el edificio del centro de interpretación que rescataba el pasado minero de este rincón de la sierra de los Filabres.
"El objetivo de la Junta de Andalucía es atraer inversión, poniendo en marcha fórmulas de colaboración público-privada que permitan garantizar que la villa turística se explote y genere riqueza y empleo para el municipio de Serón y, en consecuencia, también para la comunidad autónoma", han explicado desde la Consejería de Economía y Hacienda, cuya Dirección General de Patrimonio organiza la subasta. También apuntan que el modelo de gestión pública "impulsada por gobiernos socialistas fracasó".
Se ha ofrecido al Ayuntamiento, indican las mismas fuentes, la posibilidad de adquirir el hotel sin concursar en la subasta. Por el precio de salida.
El edifico que una vez fue hotel está en un antiguo poblado minero, y está incluido a efectos de protección en el Catálogo General, aunque no tiene categoría BIC.
No es la primera vez que este hotel está en el ojo de la polémica política. Ya en 2016, después de tres años cerrado y justo después de ser desmantelado, el PP llevó el tema al pleno. El asunto trascendió y la entonces delegada de del Gobierno en Almería admitió que había sido "un error". Ayuntamiento y Junta hicieron entonces planes y promesas para reabrir la instalación. Sin noticias hasta ahora de que se devolviesen muebles, cables y apliques siquiera.