Bárbara Rey decepciona con su enésima versión de mentiras, medidas sexuales y 500.000 pesetas en la mesilla de noche

Bárbara Rey lleva 30 años (o más), mareando la perdiz y mareando a quien ha seguido sus entrevistas en prensa y televisión. Mentiras, amenazas a quien insinuara que era amante del rey de España, y después, en vista de que eran de dominio público sus relaciones con el monarca, empieza a insinuar y a contar a medias, que sí, que tal vez, que era un señor muy alto, hasta que ya en los últimos meses, por testimonios de periodistas serios, investigaciones y datos aportados por gente que la conocía a fondo, no tuvo más remedio que ir soltando retazos de la relación. Como ya avanzamos, este teatro emitido el lunes en Telecinco (con un 16.7% de audiencia, que lidera pero no es tanto), como parte de su oferta de entretenimiento, por mucho que hasta el disciplinado Franganillo forzara el cebo en los informativos, llega después de que la vedette pusiera una demanda contra Mediaset y varias productoras y después pactara retirarla a cambio de ir a sentarse a un plató para contar que Juan Carlos I la cogía de la mano y la llevaba a la cama cuando le entraban ganas de jarana.

Risto Mejide fue quien la hizo hablar más claramente en el Día de los Eamorados de 2023; hasta que el impactante testimonio de su hijo Ángel Cristo puso todo patas arriba y destapó documentos inéditos, grabaciones de las conversaciones íntimas de la vedette con Juan Carlos I, fotos, los vídeos que supuestamente grabó su propio hijo por mandato de su madre y todo el historial de esas relaciones. Un material por el que Bárbara pidió 600 millones de pesetas a las altas instancias del Estado, un chantaje en toda regla, para que nunca salieran a la luz. Se ve que no ha sido así y su publicación ha causado un enorme impacto. La vedette calcula bien sus tiempos y después de meses de silencio, aparece la noche de este lunes con Mi verdad, programa estelar de Mediaset, a la que había demandado pidiendo un millón de euros por haber atacado su honor y su imagen, etc. etc.

¿Medio millón de euros?

La demanda sigue en pie contra colaboradores y productoras, pero después de una negociación secreta con Mediaset, ha retirado la demanda y se calcula que su caché por este programa y los que están por venir y de paso, un puesto de trabajo en la cadena para su hija Sofía, podría ascender a medio millón de euros, cifra que no ha podido ser confirmada. Pero esta confesión tan publicitada como la definitiva, ha decepcionado. El relato de sus comienzos en Madrid, ha sido contado muchas veces por ella misma, la entrevista, a veces tediosa, parecía ser un "Esta su vida", el viejo formato clásico de la televisión pública, sólo que la versión de Bárbara fue desmontada por los periodistas Juan Luis Galiacho y Ángela Portero, quienes desvelaron que a su llegada a la capital no era la jovencita de Totana que nunca había conocido varón alguno, sino la amante de Peret, el creador de la rumba gitana, casado en Barcelona, que la acabó dejando y dejando también de pagar el alquiler del piso que le había puesto en la calle López de Hoyos.

500.000 pesetas en el mesilla de noche

Poco nuevo contó de sus relaciones con el monarca, salvo insinuar que era corto de medidas sexuales o que el rey la trataba como una prostituta y en una ocasión le dejó 500.000 pesetas en el mesilla de noche, porque ella le había contado que su familia lo estaba pasando mal, alguien querido tenía cáncer y a ella no le daban trabajo. Los detalles de cómo se gestó el pago del chantaje, quién hizo la negociación con Zarzuela y qué pasó con ese material explosivo que finalmente ha salido a luz, sería lo más interesante de su confesión. Fue el periodista Santi Arriazu quien, por encargo de Bárbara, negoció con Zarzuela la cantidad y el pago de los 600 millones de pesetas. Parece que en próximos capítulos Bárbara hablará de esas y otras cuestiones que justifiquen la fortuna que le han pagado.