Los fondos europeos serán la gran palanca para lograr la 'Industria 5.0'
- El 70% de las subvenciones tendrá que asignarse a proyectos concretos hasta finales de 2022
- Siemens, con su tecnología, es uno de los grandes socios habilitadores de este paradigma
elEconomista.es
La Unión Europea cuenta con la industria para dirigir las transiciones hacia la neutralidad climática y el liderazgo digital, con el objetivo de que llegue a ser acelerador y motor del cambio, la innovación y el crecimiento. De hecho, el objetivo era que para 2020 este sector representase un 20% del Producto Interior Bruto (PIB) cifra que, en el caso de España, aún queda lejana. Con datos de 2018, y que por tanto no reflejan el impacto de la pandemia, este sector suponía un 16% del PIB, según el Barómetro Industrial 2019 elaborado por el Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial (Cogiti) y el Consejo General de Economistas (CGE).
Un informe en que el que se señala que "el peso de la industrial en el PIB de España es fundamental para mejorar la competitividad de nuestro país, así como el desarrollo de capacidades y de nuevos productos, la innovación, el diseño, su efecto arrastre o la internacionalización, entre otros".
Para revertir esta situación es esencial que la industria española gane competitividad y productividad y los fondos europeos serán el gran aliado para ello. Esta fue una de las conclusiones del Observatorio El reto de la España industrial: el plan de transformación digital de Europa, organizado por elEconomista en colaboración con Siemens. Un evento que contó con la participación del secretario general de Industria y de la Pyme, Raül Blanco, así como del director de elEconomista, Amador G. Ayora.
"La industria española está ante una gran oportunidad para posicionarse mejor, fortalecerse y ser, en muchos casos, un referente internacional", indicó José Ramón Castro Silva, director general de Siemens Digital Industries. Para lograrlo son imprescindibles los fondos europeos, contemplados en el bautizado como Next Generation UE y que suponen 750.000 millones de euros de los que a España le corresponden unos 140.000 millones. El 70% de las subvenciones tendrá que comprometerse (asignarse a proyectos concretos) hasta finales de 2022 y el restante 30% hasta finales de 2023.
"Tenemos una oportunidad única para transformar el tejido industrial del país con los fondos europeos y, la buena noticia, es que depende de nosotros", remarcó Adrián García Nevado, director general para España de Telefónica Empresas.
Estos fondos ayudarán a la digitalización y sostenibilidad de la industria en múltiples áreas y supone un primer paso para que el sector afronte con garantías "el nuevo escenario de la Industria 5.0", como indicó Castro Silva, quien añadió que "no se trata de una continuación cronológica de la Industria 4.0, sino de un nuevo paradigma que nace del esfuerzo por entender las actuales tendencias sociales, las nuevas necesidades y la situación real de nuestra industria. Para poder desarrollar el nuevo concepto de Industria 5.0, es imprescindible disponer de una política europea que asegure las correctas condiciones de la industria". Ha pasado menos de una década desde que el concepto de Industria 4.0 se afianzó, pero ya se empieza a vislumbrar una nueva etapa en la que la Industria 5.0 es un nuevo modelo económico basado en la transformación digital sostenible.
En este nuevo futuro que se está dibujando, Siemens, que se ha convertido en uno de los grandes socios habilitadores en este nuevo paradigma, ya tiene en marcha diferentes proyectos que buscan fortalecer el sector industrial español con innovadoras soluciones tecnológicas. Es el caso de la iniciativa puesta en marcha conjuntamente con Navantia y Pymar.
En enero enviaron al Ministerio de Industria un plan con 90 actuaciones a ejecutar en seis años para elevar la competitividad del sector naval. De este modo, se podrían mejorar los ingresos un 6% y ganar entre un 15% y un 20% de competitividad. El efecto sería de 3.000 millones en la economía y la creación de 1.700 puestos de trabajo. El objetivo es crear el Astillero 4.0.
A este respecto, Donato Martínez, director de Tecnologías y Transformación Digital de Navantia, apuntó que "la transformación digital del sector naval nos va a volver a posicionar como referentes a nivel global. Para ello, apostamos por introducir tecnologías digitales, generar nuevos productos y servicios, invertir en talento, muy orientados a la formación profesional, y transformar energéticamente el sector".
Precisamente, el impacto en el empleo y la apuesta por la formación serán dos aspectos que se tengan muy en cuenta en los denominados Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) que, como indicó Raül Blanco, "tienen gran capacidad de arrastre para el crecimiento económico, el empleo y la competitividad de la economía española y con una óptica de cohesión social y territorial".
En este marco, el Ministerio de Industria, uno de los que más detalla la distribución de los fondos, ha recibido más de 750 solicitudes que potencialmente podrían movilizar una inversión público-privada en torno a 30.000 millones de euros y que abarcan sectores como el agroalimentario, la automoción, el turismo, la economía circular, el naval o la aeronáutica.
A este respecto, Blanco destacó que en estos proyectos deberá haber un mínimo de un 40% de pequeñas y medianas empresas, si bien habrá una empresa líder que guíe la iniciativa. El secretario general de Industria y de la Pyme cree que en 2021 podrían aprobarse 2 o 3 grandes proyectos. "Por primera vez vamos a tener recursos suficientes para poner en marcha proyectos tractores", a lo que añadió "hay capacidad de inversión en la industria y ojalá la noticia sea que el presupuesto se ha consumido".
En este punto, Javier Rodríguez, managing director de Industria X en Accenture España, recalcó que "los fondos son para Europa, no solo para España, por lo que la barra de la competitividad va a crecer". Si bien nuestro país tiene una oportunidad única para fortalecer su transformación digital, "tiene que focalizarse en dos conceptos fundamentales: por un lado, añadir valor al producto, nuevos servicios asociados a los datos". Según las previsiones, en 2023 el 80% de los ingresos de las empresas provendrá de la venta de productos o servicios basados en datos. Así, la verdadera ventaja competitiva vendrá de la mano de las decisiones asociadas al dato inteligente.
El otro aspecto en el que se debe poner énfasis, para Rodríguez, es el "incremento de la competitividad y todo ello focalizándose en los sectores industriales en los que España puede ser líder en Europa y en el mundo". Hace unos meses, la secretaria de Estado de Digitalización, Carmen Artigas, indicaba que la digitalización de las empresas puede llegar a aumentar entre un 15% y un 20% la competitividad y la productividad.
En este sentido, Raúl Martínez, director general-CEO de Sothis quiso recalcar que "los consorcios públicos-privados serán esenciales para que actúen como guía de cara a otras empresas que no son tractoras pero que forman parte del ecosistema". Asimismo, Martínez destacó que en cuanto a la digitalización y la innovación "la pregunta ya no es qué ni cuándo sino cómo".
Los fondos europeos van a llegar en un momento clave, ya que no son pocas las industrias que están sufriendo la peor fase de su historia, como la aeronáutica. Jaime Castañeda, director de Desarrollo de Tecnología de ITP Aero, remarcó que "la falta de movilidad ha provocado la mayor crisis y más duradera del sector. Por lo menos hasta 2024 no vamos a recuperar los niveles de movilidad de 2019". Y eso en una industria, como recordó Castañeda, "con una competitividad internacional feroz".
Ante este escenario, Castañeda cree que es imprescindible "acometer una transformación digital orientada a tener una base industrial sólida y fuerte que nos permita competir internacionalmente y orientado hacia los nuevos productos que va a haber en la aeronáutica de sostenibilidad, como motores y aviones más eficientes".
Muy orientada hacia la lucha contra el cambio climático se encuentra la industria química. "Nos descarbonizamos para que otros sectores se puedan descarbonizar", apuntó Carles Navarro, managing director de Basf. Para ello, esta industria debe transformarse y generar soluciones "para aportar valor a la sociedad y al planeta". Y es el reto del cambio climático "afecta a todos los sectores", por ello, es necesario "tomar medidas que no sean cortoplacistas. 2030 está a la vuelta de la esquina". Este sector está aguantando mucho mejor que otros el envite de la pandemia. Como destacó Navarro, apenas ha caído la producción un 0,4% y se ha aumentado un 20% el empleo, principalmente en el área de salud.
Sea cual sea la industria, Adrián García Nevado insistió en la importancia de la seguridad digital: "El momento de la tecnología es excepcional, pero no hay digitalización sin ciberseguridad, un mundo creciente y cambiante y de enorme importancia". De hecho, de acuerdo a la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), el 93% de las brechas de seguridad comienzan a partir de algo tan sencillo como un correo electrónico.
Durante el pasado mes de junio Siemens y Telefónica anunciaron una alianza en ciberseguridad para facilitar la transformación digital sin riesgos, dirigido a las grandes empresas, industrias y administraciones públicas españolas.
Hacia el Pacto de Estado
En lo que coincidieron todos los expertos es que es necesario un Pacto de Estado. A este respecto, el Instituto de Ingeniería presentará un borrador para el fomento de la Industria a finales de febrero contando con las aportaciones que realizarán todos los miembros de su grupo de trabajo. El encuentro en el que se constituyó el grupo tuvo lugar el pasado 21 de diciembre, presidido por Raül Blanco, y se compone de administraciones públicas y 30 organizaciones empresariales y sindicales para abordar la nueva política industrial de España.
Para el secretario general de Industria y de la Pyme, "la sensibilidad en torno a la industria es muy amplia y no conoce colores políticos. Tenemos que recuperar los trabajos que se iniciaron en 2018 y que no llegaron a buen puerto, básicamente, por el calendario electoral". Ahora, el objetivo es "iniciar contacto con todos los agentes sociales de cara a tener consenso en política industrial y que eso se pueda traducir en un anteproyecto de ley de industria en España y que no sea algo que cambie en cada legislatura", concluyó Blanco.