Industria

El motor destinará 275.000 millones de euros para saltar al coche del futuro

  • El sector lleva ya invertidos más de 90.000 millones en la electrificación
Un coche eléctrico de Opel. Foto: Archivo

Juan Ferrari

Esta semana se anunciaba una de las operaciones corporativas más importantes, por no decir la más importante, producida en la historia del automóvil. El grupo francés PSA y el italoamericano Fiat Chrysler (FCA) se han puesto a trabajar para consolidar una fusión. La maniobra se justifica en que "crearía un grupo líder mundial con la dimensión, las capacidades y los recursos para aprovechar con éxito las oportunidades y gestionar eficazmente los desafíos de la nueva era de la movilidad". En definitiva, con músculo financiero para hacer frente a las inversiones multimillonarias, calculadas para el conjunto del sector de automoción en 275.000 millones de euros en los próximos cinco años, para desarrollar el coche del futuro.

Hace dos años que Fiat Chrysler buscaba novia activamente. Lo intentó con la china Great Wall, con la propia PSA, con la que finalmente se casa, y con la también francesa Renault. Era un secreto a voces en el sector que se estaba quedando muy rezagado en la carrera por el coche del futuro. Este año anunciaban que destinarían 5.000 millones de euros para afrontar la electrificación. Un poco tarde si se tiene en cuenta que hasta 2018 se calcula que se llevan invertidos al menos 90.000 millones de euros por parte de las empresas de automoción.

Sergio Marchione, que fuese responsable de FCA hasta julio de 2018, cargo que abandonó por motivos de salud, dijo que las inversiones que se necesitan para desarrollar el coche del futuro -eléctrico y de conducción autónoma- exigían grupos automovilísticos que pudiesen vender ocho millones de vehículos al año. Tras la fusión solo hay cuatro grupos por encima de esas matriculaciones: Volkswagen (10,83 millones), la Alianza Renault-Nissan (10,56 millones), Toyota (10,56 millones) y FCA+PSA (8,7 millones).

El resto de los fabricantes ya han formado alianzas con otros socios o las están buscando para poder hacer frente a las inmensas inversiones en la carrera por la electrificación del automóvil y la conducción autónoma. La consultora AlixPartners calculó en un informe de junio de este año que la industria del automóvil ha prometido inversiones hasta 2023 por valor de 200.000 millones de euros en la investigación y desarrollo de modelos electrificados -rebaja en 25.000 las previsiones que hizo un año antes- a los que se sumarán otros 76.000 millones para el coche autónomo, aunque en esta ocasión hasta 2025. En total, unos 275.000 millones de euros.

Cifras, que aunque aproximadas, se asemejan a las estimaciones realizadas por Reuters que cifra en 260.000 millones de euros sólo para el coche eléctrico en un plazo de cinco a diez años.

En los cálculos de Reuters se imputan 120.000 millones al grupo Volkswgen, de los que la mitad se invertirán en China y otros 40.000 a Daimler, el grupo de Mercedes. Las marcas alemanas destinarían unos 160.000 millones. La restante, BMW, ha llegado a acuerdos con Daimler y se especula con una unión de las tres para avanzar en el coche autónomo. Tampoco hay que olvidar que Renault tiene una participación accionarial en Daimler.

Las marcas chinas han declarado inversiones para el coche eléctrico de 57.000 millones de euros, las estadounidenses 39.000 millones, las japonesas 24.000 millones, las coreanas 20.000 millones, las francesas 10.000 millones, las indias 6.400 millones, las del Reino Unido 2.300 millones y las suecas 700 millones.

Inversiones no contabilizadas

Pero podrían ser más millones si se tiene en cuenta que FCA ha anunciado 5.000 millones que no están recogidos como tampoco se contabilizan las inversiones del grupo PSA que no las han hecho públicas a pesar del desarrollo que está llevando a cabo la automovilística de Carlos Tavares cuyas marcas harán una ofensiva de electrificación muy fuerte los próximos meses.

Por el lado japonés, Toyota, hasta ahora limitado a los modelos híbridos, ya ha anunciado un acelerón en los modelos eléctricos, en una estrategia a la que se podría sumar Mazda, Subaru y Suzuki que se lo están tomando con más calma. Muy distinto a Nissan-Mitsubishi, uno de los grupos líderes en electrificación, que ha declarado 8.500 millones a los que suman participaciones conjuntas desde la Alianza que mantiene con Renault.

Ford ha anunciado 10.000 millones de euros, a sumar a los más de 12.500 millones que lleva ya invertidos, en un carrera que no hace en solitario, pues ha acordado con Volkswagen desarrollar modelos eléctricos conjuntamente. Es una práctica muy extendida en el sector de automoción, especialmente para coches de poca tirada, como en principio van a ser los eléctricos. Al menos hasta que se reduzcan los precios de las baterías.

Honda, otro de los grandes grupos automovilísticos, que compite en solitario, no ha desvelado cifras globales de inversión en electrificación -en automatización ha declarado 10.000 millones-. Sin embargo, sus planes son ambiciosos, pues acelera su estrategia y electrificará toda su gama tres años antes de lo previsto, en 2022, con seis modelos en 36 meses.

Un desarrollo que se complementará con otros actores que van a participar en el desarrollo de las baterías como las surcoreanas LG y Samsung, con gran penetración en la tecnología de móviles, y la aparición de nuevas empresas especialmente chinas, aunque también estadounidenses, asiáticas y, en menor medida, europeas.

Lejos de las pretensiones de la Comisión Europea que calcula que para hacer frente a la producción total de coches eléctricos se precisarían entre 14 y 20 "Gigafactorías" en 2035 con unas inversiones de 63.000 millones de euros. Y para 2025, deberían estar en funcionamiento entre 3 y 5 plantas con un coste de 16.000 millones. Desde la Comisión se ha propiciado una alianza franco-alemana abierta a otros países, pero todavía es un proyecto en mantillas. Muy lejos de China o Corea, líderes en desarrollo de baterías actualmente.

Unas inversiones ingentes si se tiene en cuenta que el retorno del coche eléctrico se considera muy lento. En 2022 no supondría más del 15% de las ventas y de cada modelo se venderían de medida unas 14.000 unidades, lejos de las 90.000 de los de combustión.