¿Se está perdiendo la subida Mister Smith?
Cada vez hay más elementos que apuntan claramente a ello, lo cual tiene una lectura tremendamente alcista: cuando llegue por fin el dinero minorista al mercado, las cotizaciones pueden vivir otro rally muy importante tanto en puntos como en tiempo.
Hace un par de semanas, les contábamos en esta sección que los inversores particulares norteamericanos han preferido claramente colocar su dinero en fondos internacionales a hacerlo en su propio mercado. Y que, cuando se den cuenta de lo que se están perdiendo, entren en masa en el mercado, con lo que se convertirían en el tonto más grande (el que compra las acciones que han estado comprando estos meses el capital riesgo o los hedge funds, encantados de vendérselas a los pequeños inversores con pingües beneficios).
Hoy les aportamos un nuevo dato a favor de esta teoría. Y no es un dato cualquiera, sino una encuesta elaborada por la prestigiosa Universidad de Yale que publica su propio índice de confianza en el mercado llamado el 'crash confidence index'.
Según este indicador, el inversor individual ('el rebaño' ) tiene ahora el mayor temor a un batacazo del mercado desde diciembre de 2002, en las catacumbas de la tendencia bajista (muy cerca de los mínimos de la caída). Lo cual es alcista desde la perspectiva de la opinión contraria.
En realidad, lo que este índice mide es la confianza en que no habrá un crash en el mercado en los siguientes seis meses. Esa confianza cayó a mínimos históricos en noviembre de 2002, en el 20,79% para los inversores institucionales y el 28,95% para los particulares. En abril de 2006, la confianza en evitar un hundimiento era del 57,95% para las instituciones y del 48,61% para los individuos.
Pero, desde entonces, se ha abierto una enorme divergencia entre ambos tipos de inversores. Mientras la confianza de los grandes cayó a la zona del 40% el verano pasado y después se recuperó hasta situarse actualmente por encima del 50% de nuevo, la de los pequeños ha seguido cayendo a plomo hasta rozar el 30%. Muy cerca, por tanto, de ese 28,95% de 2002. Lo cual explica el opuesto comportamiento de los grandes y los pequeños en el rally desde los mínimos de marzo.
Si quitamos algún movimiento puntual en algunos índices de confianza del inversor, 'el sentimiento general sobre la bolsa de EEUU nunca ha sido peor en la historia con un Dow Jones en zona de máximos históricos', comenta el analista Gary Douglas Smith. 'Se trata de otra cifra asombrosa y nos ayuda a ilustrar los profundamente arraigado que está el pesimismo del rebaño sobre la renta variable norteamericana', añade.
Si creemos en la teoría de la opinión contraria, los excesos de pesimismo como el actual son indicio de una subida, puesto que todos los que tienen miedo a una caída están fuera del mercado: no queda nadie por vender, luego tienen que empezar a comprar.
Si a esto sumamos el hecho de que la valoración de la bolsa norteamericana, en términos de PER, sigue por debajo de la media histórica a pesar de la reciente subida –porque los beneficios empresariales crecen más que las cotizaciones-, los bajistas deberían estar muy preocupados. Y lo están.