La UE ofrece a Grecia un crédito "con condiciones" para salir del rescate
Los ministros de Finanzas de la zona euro (el Eurogrupo) se reunieron ayer en Bruselas para preparar la espinosa salida de Grecia de su multimillonario rescate. Tras cuatro años, Atenas cortará a finales de año con la estrecha vigilancia de la UE y el FMI, representados por la conocida troika.
Sin embargo, tendrá que aceptar algún tipo de control externo a cambio de una línea de crédito preventiva condicionada, como red de seguridad para unos mercados que no se terminan de fiar de su situación.
Según explicó el presidente del Eurogrupo tras la reunión, Jeroen Dijsselbloem, existe "un fuerte apoyo" para que Grecia adopte una línea de crédito con condiciones ofrecida a través del Mecanismo de Estabilidad de Europeo. Aunque el Gobierno heleno se había opuesto a volver a cualquier apoyo que implicara nuevas condiciones y revisiones periódicas, Dijsselbloem indicó que las posiciones de Atenas y de sus prestamistas son "claramente convergentes".
Tras la primera discusión de ayer, los europeos necesitarán pulir los detalles técnicos y, sobre todo, las condiciones que tendrán que aceptar los griegos. O de qué manera se materializará la tan temida revisión de la troika, que podría seguir viva. Porque, según adelantó Dijsselbloem, el escenario post-rescate podría todavía involucrar al FMI, un bocado difícil de tragar para los griegos. El paquete se espera que se termine de cerrar en el Eurogrupo del 8 de diciembre.
Durante estas cuatro semanas, los europeos cuentan con que Grecia termine de cumplir con las reformas que le permitan concluir con la quita revisión del programa, y que afecta al salario de los funcionarios públicos o las pensiones. Según explico Dijsselbloem, "queda más por hacer".
¿Cómo se articulará?
La primera reacción del Gobierno heleno de Antonis Samaras, de optar por una salida limpia de la ayuda de 240.000 millones de euros, provocó el pasado mes una tormenta en los mercados que trajo recuerdos de los peores momentos de la crisis financiera. A pesar del coste político que tendría aceptar nuevas condiciones desde Bruselas o Washington, Samaras dio su brazo a torcer para tranquilizar a los inversores.
La discusión se centra ahora en cómo concretar este apoyo externo y qué control llevará asociado. La opción más probable pasa por utilizar para esta línea de crédito los 11.000 millones de euros sin utilizar del rescate, hasta ahora reservados a tapar los agujeros sector bancario.
Sin embargo, tras las pruebas bancarias realizadas, Grecia necesitará sólo una minima parte para sanear algunas entidades. No obstante, Dijsselbloem evitó hablar de cifras hasta que no concluya la quinta y última revisión, cuando también se tendrá una imagen más clara de cuáles son las necesidades financieras griegas. El ministro de Finanzas holandés tampoco quiso detallar de qué forma continuará involucrado el FMI, con quien Atenas decidió cortar amarras más de un año antes de la fecha prevista, ya que la ayuda del Fondo debía continuar fluyendo hasta 2016.
El Eurogrupo se reunió tras la publicación esta semana de las previsiones de la CE, en las que el empeoramiento de las cifras de crecimiento para el año que viene han disparado las alarmas. El comisario de Economía, Pierre Moscovici, indicó que "la recesión no está en el horizonte" de la UE. Más bien, el riesgo podría ser de "un largo periodo de baja inflación, bajo crecimiento y alto desempleo que podría ser una amenaza para el proyecto". "Necesitamos una respuesta europea ambiciosa", sentenció.