Indicadores EEUU
Demócratas y republicanos, condenados a evitar la suspensión de pagos entre 'faroles' y prisas
Obama y los representantes del Congreso persiguen un acuerdo sobre la deuda estadounidense que impida al país entrar en suspensión de pagos. Los republicanos han dicho que este domingo se hallaría una solución, mientras los demócratas quieren un acuerdo a largo plazo que evite tener que abordar el tema en lo que queda de legislatura. El enfrentamiento deja en entredicho la reputación fiscal estadounidense.
Reunión tras reunión y negativa tras negativa, demócratas y republicanos han ido agotando plazos en la negociación por la elevación del techo de la deuda pero ya no queda tiempo para más demoras. El 2 de agosto el país no podrá hacer frente a sus compromisos si no llega la solución política.
El sábado el presidente Obama hizo un llamamiento agónico a ambos grupos políticos para que trabajaran juntos, más allá de sus diferencias, en lo que le convenía al país. Convocó una reunión de urgencia en la Casa Blanca, pero todo fue inútil. Este domingo, vuelta a empezar, con la imperiosa necesidad de entenderse.
Aunque ambos bandos hayan anunciado que tienen alternativas llegado el peor de los escenarios, al que conduciría la obcecación de cada uno de los rivales en no ceder ni un ápice en sus posturas, lo cierto es que no parece que ni demócratas ni republicanos quieran llegar a tanto.
Mientras tanto, el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Bill Daley, ha reconocido este domingo que el agotador debate ha causado un daño "incuestionable" a la reputación fiscal del país.
Daley insistió en que los mercados de todo el mundo permanecen a la espera de que se alcance un acuerdo bipartidista.
El plan republicano
El líder republicano de la Cámara de Representantes, John Boehner, ha dicho a los suyos que espera poder anunciarles la llegada de un acuerdo antes de que acabe el día, aunque también ha amenazado con presentar un plan exclusivo si la Casa Blanca no atiende a su última propuesta.
La llamada "gran ganga" de Boehner comprende 800.000 millones de dólares procedentes de nuevas reformas fiscales y recortes masivos de gasto; una propuesta que, según el republicano "nunca ha dejado de estar sobre la mesa".
"El camino idóneo sería un acuerdo bipartidista pero es muy pronto para saber si es posible. Si no se puede conseguir, mis colegas republicanos y yo estamos preparados para actuar por nuestra cuenta", ha indicado.
En cualquier caso, Boehner da por sentado que el plan constará de dos fases: aumento del límite de deuda y reforma posterior. "No es físicamente posible hacer todo de una tacada", indicó a Fox News.
La opción presidencialista
En el otro lado, y aunque el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, ha dicho que lo descarta, el presidente Obama podría aprobar por su cuenta el aumento del techo de deuda, de acuerdo con los poderes que le otorga la Constitución.
Esta posibilidad, a entender de Geithner, demostraría que el Congreso estaría "incapacitado" para actuar a la hora de impedir la crisis de deuda.
"No es una opción factible a la hora de limitar el daño que sufriría el pueblo estadounidense", indicó, durante una entrevista al programa "This Week" de la cadena de ABC.
Obama está manteniendo de nuevo un encuentro con el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano John Boehner; con el líder del Senado, el demócrata Harry Reid; con el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConell y con la líder de la minoría demócrata del Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, para que "expliquen cuál es la manera" para evitar que Estados Unidos caiga en suspensión de pagos.
El plazo es la cuestión
Uno de los principales puntos de fricción en las negociaciones se centra en el tiempo durante el cual EEUU debería aumentar su techo de deuda, por mera cuestión electoral: los demócratas quieren que no se vuelva a discutir esta cuestión hasta pasadas las próximas elecciones presidenciales de 2012.
Según el senador republicano y miembro del grupo de negociación -la llamada "Banda de los Seis"-, Tom Coburn, es comprensible "que (los demócratas) no quieran firmar nada a corto plazo, pero no tienen otra opción".
Precisamente en este sentido, el jefe de Gabinete de Obama insistió en que, sea cual sea el resultado, la solución tendrá que extenderse "más allá de 2013, sin tener que volver otra vez a enzarzarse en este ridículo debate".