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La Justicia brasileña suspende el nombramiento de Lula da Silva que le hacia impune en el 'caso Petrobras'
EcoDiario.es
Ni una hora en el cargo. El juez federal de Brasilia Itagiba Catta Preta Neto suspendió el nombramiento del expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva como jefe de gabinete de la presidenta Dilma Rousseff. Lula, mentor de Rousseff, conseguía así ser impune en el 'caso Petrobras'. Sin embargo, la alegría le duró solo 40 minutos, el tiempo transcurrido entre su toma de posesión y la decisión judicial.
La argumentación del magistrado es clara: este movimiento político podría entorpecer la investigación en curso. En concreto, los fiscales le acusan de blanqueo y fraude, en el marco de la operación contra la posible corrupción de la petrolera estatal Petrobras.
El cargo (jefe de la Casa Civil) tiene rango de ministro y le salva de tribulaciones judiciales, al darle inmunidad. "A la vista del riesgo de dañar el libre ejercicio del poder judicial. Concedo la solicitud de la orden de suspender el nombramiento de Luiz Inácio Lula da Silva", zanja la resolución, según Reuters.
El Gobierno ya anunciado que recurrirá la decisión. "Estamos estudiando la situación para poder recurrir hoy mismo", ha dicho a Folha el abogado general del Estado, José Eduardo Cardozo, que era ministro de Justicia hasta hace dos semanas. Según Cardozo, ahora mismo Lula es ministro, "pero no podrá ejercer sus funciones hasta la decisión judicial".
Precisamente, hoy han vuelto a emerger unas declaraciones de Lula sobre las diferencias procesales entre ricos y pobres, que rápidamente se han viralizado. "En Brasil es así: cuando un pobre roba, va a la cárcel; pero cuando un rico roba, se vuelve ministro", decía allá por 1988.
Protestas y disturbios
Ya la ceremonia que salvaba a Lula (precedida de la publicación de una conversación secreta entre Rousseff y Lula) fue problemática. "El griterío de los golpistas no me va a sacar del rumbo ni va a poner de rodillas a nuestro pueblo", espetó Rousseff, coreada por sus adeptos en el Palacio de Planalto de Brasilia.
"Cuento con su experiencia de expresidente, con su identificación con el pueblo de este país, con su incomparable capacidad (...) de entender a ese pueblo y de ser entendido y amado por él. Usted tiene la grandeza de los estadistas y la humildad de los verdaderos lideres", zanjó Rousseff, en su día ministra en los dos mandatos de Lula (2003-2010).
Miles de personas se manifestaron en varias ciudades para exigir el adiós de Rousseff y de Lula, ambos del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda). Algunas de las marchas acabaron en disturbios y enfrentamientos entre los partidarios de ambos mandatarios y sus detractores. Fotogalería: Todas las protestas.
El escándalo político se vio multiplicado por la divulgación previa de una llamada telefónica en la que Rousseff le anunciaba a Lula que se daría prisa para mandarle el decreto de su nombramiento, para así poder "usarlo en caso de necesidad". Estas cinco palabras alimentaron las sospechas de que Rousseff urdían una maniobra para que su padre político escapara de la Justicia ordinaria.
Rousseff se defiende
Ella, en cambio, niega la mayor y este mismo jueves insistió en que la charla filtrada no tenía ningún propósito oculto, además de denunciar la filtración de la conversación telefónica por el juez Sergio Moro, que investiga el escándalo Petrobras.
"No hay justicia cuando las garantías constitucionales de la propia Presidencia de la República son violadas", proclamó Rousseff, que luego denunció posibles "escuchas ilegales".
Moro, por su parte, ha defendido las escuchas a Rousseff (también salpicada por el caso Lava Jato), asegurando que su aforamiento no la protege de las investigaciones judiciales y recordando a este respecto el caso del ex presidente estadounidense Richard Nixon y el Watergate.