Irán y potencias, en desacuerdo por reactor nuclear que puede producir plutonio
La reunión en Viena fue la segunda de una serie de encuentros que las seis potencias mundiales - Estados Unidos, China, Rusia, Alemania, Francia y Reino Unido - esperan que genere un acuerdo sobre el alcance del programa nuclear de Irán, que garantice que sólo esté orientado a fines pacíficos y deje atrás el riesgo de una guerra en Oriente Próximo.
Esta semana, las dos partes intentaron limar sus diferencias en dos de los temas más espinosos: el nivel de uranio enriquecido en Irán y su reactor de agua pesada de Arak, que Occidente ve como una posible fuente de plutonio para bombas.
Al parecer no alcanzaron un acuerdo y sólo dijeron que volverán a reunirse del 7 al 9 de abril, también en la capital austriaca. Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán se mostró optimista con que se pueda cumplir con la fecha límite del 20 de julio para un acuerdo final.
El objetivo general es superar la desconfianza mutua y que Irán asegure a Occidente que no podrá producir bombas atómicas. A cambio, la república islámica recibirá un alivio total de las sanciones que han afectado su economía.
El país miembro de la OPEP niega que su programa de energía atómica, que dice solo tiene fines civiles, sea una fachada para desarrollar los medios para fabricar armas nucleares, pero sus restricciones a las inspecciones de la ONU e información de servicios secretos occidentales sobre una investigación relacionada con bombas ha generado preocupación.
"Hemos tenido conversaciones sustanciales y útiles que abarcaron una serie de cuestiones, entre ellas el enriquecimiento, el reactor de Arak, la cooperación nuclear civil y las sanciones", dijo la encargada de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, a los periodistas después del encuentro de dos días.
Un diplomático occidental advirtió de que el propósito de la actual ronda de negociaciones no es alcanzar un acuerdo final.
Irán y las potencias buscan sellar un acuerdo permanente para finales de julio, cuando expira el pacto interino del 24 de noviembre, que necesita ser extendido, lo que complica la diplomacia.
Javad Zarif se manifestó optimista sobre las conversaciones: "En esta etapa estamos tratando de obtener una idea (...) de los temas que están implicados y cómo cada parte ve varios aspectos de este problema".
Consultado sobre si esperaba que la fecha límite de las negociaciones se cumpla, el canciller respondió: "Sí, lo creo (...) soy optimista sobre el 20 de julio".
PROGRESOS CON RUHANI
Gran parte del progreso en las negociaciones se ha logrado desde la elección como presidente el año pasado de Hasan Ruhani, un clérigo relativamente moderado que lanzó la política de "implicación constructiva" para acabar con el aislamiento internacional de la república islámica.
"Nuestro objetivo último es mantener nuestros programas nucleares pacíficos en línea con las leyes internacionales, y al mismo tiempo eliminar todas las preocupaciones de la comunidad internacional", dijo Ruhani según lo citó la agencia semioficial de noticias Fars.
"Hasta ahora estamos satisfechos con los resultados, y esperamos que toda la disputa se arregle pronto con la buena voluntad de la otra parte".
Desde su llegada al poder, las relaciones diarias entre los negociadores iraníes y los de las potencias han mejorado mucho. Algunos altos cargos ahora se tutean y hablan en inglés, en lugar de pasar por complicadas traducciones.
"Todo el mundo es muy profesional, muy serio, muy centrado. No hay melodramas, no hay abandonos de reuniones, no hay gritos ni chillidos (...) La gente ha entendido que lo que está en juego es muy profundo", dijo un alto cargo estadounidense el miércoles.
Pero la brecha en las expectativas de ambas partes y sus propias divisiones internas podrían aún dañar la diplomacia. Tanto iraníes como estadounidenses afrontan la presión de sectores críticos halcones en casa.
/Por Fredrik Dahl y Parisa Hafezi/