Unos disparos de aviso impiden pasar a Crimea a una misión internacional
La captura rusa de la península en el mar Negro, que comenzó hace 10 días, no ha conllevado un derramamiento de sangre de momento, pero sus fuerzas se ha vuelto cada vez más agresivas hacia las tropas ucranianas, que están atrapadas en sus bases y no han ofrecido resistencia.
La temperatura ha subido en los últimos dos días, desde que el gobierno prorruso de la región la declaró parte de Rusia y anunció un referéndum el 16 de marzo para confirmarlo.
Una portavoz de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE, por sus siglas en inglés) dijo que nadie resultó herido por los disparos que querían que más de 40 observadores desarmados se marchara.
La misión ha sido invitada por Kiev, pero no ha recibido permiso de las autoridades regionales separatistas prorrusas de Crimea. Por dos ocasiones ya les han obligado a dar la vuelta, pero está fue la primera vez en la que hubo disparos.
El consejo de seguridad de Kiev dijo que había sido objetivo de ataques informáticos masivos de denegación de servicio diseñados para paralizar sus ordenadores. La agencia nacional de noticias también fue atacada, dijo.
El presidente Vladimir Putin declaró hace una semana que Rusia tenía el derecho de invadir Ucrania para proteger a los ciudadanos rusos, y su parlamento ha votado un cambio de ley para que anexionar el territorio sea más fácil.
Las autoridades promoscovitas han ordenado a todas los destacamentos de tropas ucranianas que quedan en Crimea que se desarmen y se rindan, pero en varios lugares se han negado.
Durante la noche, las tropas rusas llevaron un camión a un puesto de defensa de misiles en Sebastopol, el lugar donde se encuentran tanto la marina ucraniana como la flota rusa del mar Negro, y tomaron el control. Un equipo de reporteros de Reuters en el lugar dijo que nadie resultó herido.
AUMENTO DE LA TENSIÓN
El servicio de fronteras de Ucrania dijo que las tropas rusas se habían hecho con el control de un puesto de guardia fronterizo en el este de la península durante la noche, echando a los oficiales ucranianos y a sus familias de sus apartamentos en mitad de la noche.
"La situación ha cambiado. La tensión es mucho más alta. Tienes que irte. No puedes grabar aquí", dijo un soldador ruso que llevaba una ametralladora y la cara cubierta en una base naval ucraniana en Novozernoye.
Unos 100 rusos armados vigilaban a los ucranianos en la base, en la que un buque ruso impedía la salida de los barcos ucranianos.
"Las cosas están difícil, y el ambiente ha empeorado. Los rusos nos amenazan cuando salimos y tomamos suministros de comida, y nos apuntan con sus armas", dijo Vadim Filipenko, el número dos de la base.
Moscú niega que las tropas, que hablan ruso, estén bajo su mando, una afirmación que Estados Unidos califica de "la ficción de Putin". Aunque no llevan insignias, conducen vehículos con matrículas militares rusas, y ante las tropas ucranianas se identifican como militares rusos.
Estados Unidos ha anunciado sanciones contra personas a las que considera responsables de interferir en la integridad territorial ucraniana, aunque aún no ha publicado la lista.
La Unión Europea también está estudiando sanciones, aunque podría ser mucho más difícil que tomara una decisión unánime con 28 países y dependiendo del gas natural ruso.
/Por Peter Graff y Andrew Osborn/