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Alemania constituye el Parlamento a la espera del pacto de CDU y SPD
Un mes exacto después de las elecciones federales, el decimoctavo Parlamento alemán quedó constituido ayer, a pesar que hasta hoy no empiezan las negociaciones formales para diseñar el nuevo Ejecutivo.
El unionista Norbert Lammert fue de nuevo elegido presidente de la Cámara Baja, contando en su investidura con 591 votos a favor del total de 631 asientos con que cuenta el Bundestag. El veterano alemán lleva ya desde 2005 en el cargo, y era el único candidato. Sin embargo, aseguró sentirse impresionado por su resultado, sobre todo porque sus actuaciones "no siempre desencadenaron entusiasmo eufórico" en sus propias filas, según él mismo reconoció.
El Parlamento quedó ayer constituido aunque todavía se están negociando las condiciones de la Gran Coalición que deberían protagonizar la CDU de Merkel, sus socios bávaros y los socialdemócratas del SPD. Si el pacto se confirma, los partidos del Gobierno tendrían 504 de los 631 diputados, mientras que en la oposición quedarían sólo 127 representantes, entre los de los Verdes y los de Die Linke.
Así las cosas, la oposición tendría un número insuficiente de representantes para llevar a cabo su tarea. La ley alemana prevé, por ejemplo, que los diputados de la oposición deberían sumar un cuarto del total, cosa que no ocurriría, para poder crear comisiones de control parlamentario. Igualmente, los tiempos de sus discursos quedarían muy por debajo de los habituales de la oposición.
Ante la preocupación de Los Verdes y Die Linke, que exigen la modificación del reglamento, el recién reinvestido presidente del Parlamento ya aseguró ayer que había percibido "la predisposición de todos los grupos de trabajar en la cuestión con calma pero con determinación". Desde las filas de CDU y de SPD también se ha dado el compromiso de garantizar los derechos de la oposición.
Éxito final
En cuanto a las negociaciones de pacto de Gobierno, que se abren hoy, sobre todo desde la CDU quieren demostrar su convencimiento del éxito final, aunque por parte de los socialdemócratas el acuerdo tendrá que tener el visto bueno de la mayoría de sus militantes, unos 470.000 en todo el país. Lo que sí parece claro es que no habrá acuerdo sin el compromiso de implantación del salario mínimo de 8,5 euros la hora que fue uno de los lemas de la campaña de los socialdemócratas. Un punto en el que todo hace pensar que la CDU de Merkel tendrá que ceder, a cambio de poder seguir con sus políticas en prácticamente el resto de los temas. En cuanto a los plazos, se espera que las conversaciones se desarrollen a lo largo del mes de noviembre, y mientras tanto seguirá gobernando en funciones el Ejecutivo de Merkel junto con sus socios bávaros y liberales.