Quince muertos en el inicio de las elecciones en Kenia
Los primeros resultados provisionales que aparecieron poco después de cerrar las urnas, mostraron al viceprimer ministro Uhuru Kenyatta ligeramente por delante del primer ministro Raila Odinga, con el 10 por ciento del voto escrutado, aunque era demasiado pronto para predecir el resultado.
La votación en la ajustada contienda transcurrió de forma pacífica en gran parte del país, aunque muchos de sus 14,3 millones de votantes se vieron inmersos en largas colas. La autoridad electoral dijo que los primeros indicios mostraban una participación de más del 70 por ciento.
Horas antes de que abrieran las urnas y cuando ya había largas colas en muchos colegios del país del este de África, al menos nueve agentes de seguridad en la inestable región costera fueron asesinados a machetazos y seis atacantes también murieron, dijo el jefe de la policía regional, Aggrey Adoli.
Un presunto ataque con granadas en un centro electoral de la ciudad oriental de Garissa, cerca de la frontera con Somalia, causó pánico entre los votantes aunque no hubo heridos, dijo una fuente de Gobierno.
Además hubo otros dos ataques que altos cargos policiales atribuyeron a un movimiento separatista, aunque éste lo negó. En caso de confirmarse, serían causas distintas a las que en 2007 desataron la violencia tras las elecciones, enfrentando a tribus leales a candidatos rivales.
Las autoridades sospechan de que al menos uno de los ataques fue realizado por miembros de un grupo separatista costero que había amenazado con alterar las elecciones si su demanda de secesión de la franja costera del Índico no se cumplía.
La policía dijo que los fallecidos eran nueve oficiales de seguridad, dos civiles y seis atacantes.
Autoridades y candidatos hicieron apasionados llamamientos a evitar la repetición de la matanza tribal que estalló por el controvertido resultado de las elecciones de 2007. Más de 1.200 personas murieron entonces, acabando con la imagen de Kenia como una de las democracias más estables de África y paralizando su economía.
Estados Unidos y los donantes internacionales han mostrado su preocupación por la estabilidad de un país aliado en la lucha contra el integrismo islámico. También han expresado inquietud sobre cómo responderían a una victoria de Kenyatta, al que la Corte Penal Internacional ha acusado de dirigir la violencia de hace casi seis años.
RECELO DE LOS VOTANTES
"Si salimos elegidos, podremos cumplir con nuestros deberes", dijo el compañero de candidatura de Kenyatta, William Ruto, que también está acusado de crímenes contra la humanidad.
"Cooperaremos con el tribunal con la intención final de limpiar nuestros nombres".
Uno de los ataques del lunes tuvo lugar en las afueras de Mombasa y otro en Kilifi, a unos 50 kilómetros al norte. Altos cargos policiales los atribuyeron a un movimiento separatista, el Consejo Republicano de Mombasa (MRC, por sus siglas en inglés), que quiere que se anulen las elecciones y que se convoque un referéndum sobre la secesión de la zona costera.
En el lugar del ataque en Kilifi, imágenes de Reuters mostraron un papel en el suelo con las palabras: "MRC. La costa no es Kenia. No queremos elecciones. Queremos nuestro país".
Pero el portavoz del grupo negó la autoría y dijo que solo buscan el cambio por medios pacíficos.
Ya antes de los ataques, muchos kenianos habían mostrado sus reticencias, sobre todo en los lugares más afectados por la violencia de diciembre de 2007. Pero en líneas generales la jornada se desarrolló sin grandes problemas, y la mayoría de las quejas fueron por las colas o por la apertura retrasada de colegios.
"Kenia es más grande que cualquiera de nosotros. Dejemos que prevalezca la voluntad de la gente para evitar la violencia", dijo el contable de 33 años George Omondi en Kisumu.
"Hemos aprendido del pasado y si alguno de los candidatos perdiera, debería aceptar el resultado".
Para añadir tensión, el grupo islamista somalí Al Shabaab, que combate contra el contingente de fuerzas de paz de Kenia en Somalia, urgió a los musulmanes a boicotear los comicios y atacar al Ejército.
El presidente Mwai Kibaki, excluido de un tercer mandato de cinco años, se dirigió a los kenianos antes de la votación diciendo: "También hago una súplica apasionada para que todos nosotros votemos en paz. Sin lugar a dudas, la paz es una piedra angular de nuestro desarrollo".