Merkel se opone en Portugal a que salgan del euro países con problemas financieros
La canciller alemana, Angela Merkel, ha descartado una eventual salida del euro de los países con problemas, reiterando su apoyo a países como España y Portugal, al tiempo que ha subrayado la necesidad de crear una eurozona "estable". Merkel vuela hoy a Lisboa, prestando su apoyo a un Gobierno que lucha por reducir el déficit y cumplir los términos de un rescate con apoyo de Berlín, en medio de la peor recesión que sufre Portugal desde los 70.
En una entrevista concedida a la radio-televisión pública portuguesa (RTP), Merkel ha explicado que es necesario fortalecer la eurozona "para no asustar a los inversores extranjeros". "Y eso es precisamente lo que estamos haciendo", ha dicho.
La canciller alemana ha considerado que los mecanismos actuales, entre los que ha citado "los fondos estructurales y otros programas comunitarios", son suficientes para conseguir este objetivo. "Existen oportunidades excelentes para relanzar el crecimiento", ha apuntado.
En este sentido, ha reiterado su apoyo a Madrid y Lisboa. "Por nuestra parte, los alemanes vamos a seguir apoyando a España, Portugal y otros países, porque también es bueno para nosotros", ha indicado, al tiempo que ha rechazado el temor a un "dominio alemán".
A este respecto, ha señalado que su visita de este lunes a Lisboa "es una prueba de que Alemania quiere ayudar a Portugal". "Veremos lo que se puede mejorar en la cooperación empresarial para que haya más trabajo, sobre todo entre los jóvenes, y más fortaleza económica", ha adelantado.
Si bien, Merkel ha reconocido que los mecanismos comunitarios no han funcionado como debían en el pasado. "Ha habido errores, como la inversión en infraestructuras y la falta de apoyo a las pequeñas y medianas empresas para que sean más competitivas", ha considerado.
El caso portugués
En concreto, la canciller alemán se ha referido al caso portugués, descartando que el Gobierno de Pedro Passos Coelho tenga que renegociar las condiciones de su rescate con la 'troika', formada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea.
"En estos momentos, no hay motivos para una renegociación. Portugal cumple valientemente con los compromisos asumidos, por eso estoy convencida de que los resultados serán buenos", ha sostenido.
No obstante, ha advertido de que "las dificultades están en las reformas estructurales, que necesitan tiempo para surtir efecto". "Lo que quiero decir es que es preciso hacer cambios dolorosos y que al día siguiente no habrá más puestos de trabajo", ha desarrollado.
Interrogada sobre las críticas a sus planes de austeridad, ha respondido que no son ideas suyas, sino "el resultado del convencimiento de que Portugal debe hacer reformas estructurales para combatir el déficit y reforzar su base económica".
Si bien, ha reconocido que "es un proceso duro que exige muchos sacrificios". "Claro que un programa de estas características genera un debate, pero el Gobierno portugués está siendo muy valiente a la hora de tomar las medidas necesarias", ha valorado.
Visita de la canciller
Angela Merkel realiza hoy una visita a Portugal que ella misma ha presentado como un espaldarazo a la política de austeridad del Gobierno conservador luso, convertido en el mejor alumno de la "troika".
La visita, la primera de esa clase que se celebra en Portugal desde que la canciller asumió el cargo hace siete años, podría también servir a sus intereses en casa al demostrar a los votantes alemanes que el dinero que ponen en los fondos de rescate de la eurozona se está empleando bien.
Merkel encontrará algunas protestas de portugueses hartos de austeridad, con una tolerancia a la austeridad en forma de recortes de gastos y subidas de impuestos que pareció agotarse hacia el final del verano. La propuesta del Gobierno de elevar las contribuciones a la seguridad social provocaron las mayores protestas registradas en el país en años.
La policía ha reforzado sus dispositivos para la visita de seis horas, que lleva días en las portadas de la prensa local. Pero pese al descontento popular contra las directrices alemanas, se espera poca violencia.