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Guía para entender las elecciones de EEUU: este martes se decide
Las próximas 48 horas la mayor economía del mundo decidirá su futuro más inmediato. Los estadounidenses determinarán durante la jornada de mañana si ofrecen una segunda oportunidad al actual presidente, Barack Obama, o por el contrario darán un voto de confianza al delfín republicano,Mitt Romney. Lo cierto es que los ciudadanos acuden a las urnas en un momento clave en que el inquilino de la Casa Blanca deberá lidiar con la gran ambición que caracteriza a EEUU y la realidad de la economía mundial.
"Parte de la producción estadounidense se ha reducido sensiblemente y su poder como país también ha decrecido", señala Sebastian Mallaby, experto en economía del Council on Foreign Relations.
"Es probable que durante la próxima presidencia su influencia caiga aún más", explica al mismo tiempo que indica que, como resultado, "la clave estará en formar alianzas, trabajar con las instituciones multilaterales, y adoptar una postura mucho más suave".
De momento, ambos candidatos aprovecharon las últimas horas de sus respectivas campañas para terminar de caldear una enrevesada contienda. El presidente Obama acusó a su rival republicano de intentar engañar y asustar a los estadounidenses para que voten por él, mientras que Mitt Romney se autodefinía a sí mismo como el artífice de un consenso bipartidista.
Sin embargo, para los expertos, esta ajustada carrera supone un arma de doble filo. El resultado de las elecciones tendrá una diferencia sustancial tanto en los hogares, como en las empresas y los inversores.
Tendrá implicaciones potencialmente importantes para la política regulatoria, la política de la Reserva Federal y la política fiscal, determina Peter Hooper, analista de Deutsche Bank. "Una victoria de Romney podría dar un impulso a los mercados pero esto podría tener una corta duración ya que la economía de EEUU tendrá que enfrentar de forma inmediata varios desafíos fiscales", advierte.
Es cierto que el resultado de las elecciones presidenciales y parlamentarias está en el aire y su final despierta numerosas incógnitas que no sólo tendrán un impacto a nivel nacional sino también internacional.
La falta de claridad sobre qué dirección tomará el próximo gobierno y sobre todo qué escollos tendrá que enfrentar en el Capitolio son asuntos que deberían comenzar a esclarecerse a primera hora del próximo miércoles.
En el plano regulatorio, podría esperarse que una administración Romney sea bastante más conservadora que un segundo mandato de Obama a la hora de aplicar una política de regulación financiera, una reforma en la atención sanitaria y cambios legislativos en lo que a energía se refiere.
El candidato republicano ha dejado más que clara su intención de querer deshacer buena parte de la reforma financiera Dodd-Frank, así como la Ley de de Salud Asequible, más conocida como Obama care. Incluso si Romney no consiguiera derogar estas leyes en el Senado, la implementación y ejecución de las mismas distarán significativamente entre un Despacho Oval dirigido por Romney o por Obama.
Ahora mismo, tanto hogares como empresas se enfrentan a una enorme incertidumbre en estas áreas, especialmente en el coste de la cobertura sanitaria para la 30 por ciento de la población que carece de seguro médico. Donde podría haber menos margen para registrar diferencias regulatorias sustanciales es en el sector energético, donde los límites sobre emisiones de carbono son difíciles de eludir.
A la espera de los acontecimientos, es importante determinar qué factores habrá que tener en cuenta cuando mañana martes millones de ciudadanos salgan a las urnas.El sistema electoral a este lado del Atlántico puede resultar enrevesado para los espectadores internacionales, de ahí que a continuación desgranemos algunos detalles importantes a tener en cuenta.
La maraña electoral
El Colegio Electoral estadounidense está constituido por 538 electores, personas que son nominadas por cada partido. Para ganar la presidencia un candidato debe obtener al menos 270 de esos electores. La cantidad de electores equivale al número de legisladores en el Congreso: 435 en la Cámara de Representantes, 100 en el Senado y tres por el Distrito de Columbia.
La mayoría de los estados utiliza un sistema donde el ganador se lo lleva todo en lo que a números de electores se refiere. El candidato presidencial que gana la votación popular en el estado recibe a todos los electores del estado.Por el contrario, Maine y Nebraska usan un sistema de representación proporcional que permite repartir sus electores entre los candidatos.
En estas circunstancias, es importante tener en cuenta que dada la gestión del sistema, no todos los estados son igual de importantes. Las joyas son California, con 55 votos; Texas, con 38; y Nueva York y Florida, con 29 cada uno. Entre estos estados,California y NuevaYork son históricamente demócratas mientras Texas es republicano. Por su parte, Florida es un estado veleta que vira con cada elección.
Los estados veleta
Además de Florida, otros estados clave este año son Ohio, con 18 votos;Virginia, con 10; Colorado, con 9; Nevada, con 6; Iowa, con 6; y Nuevo Hampshire, con 4.Este sistema explica por qué los candidatos tienden a destinar una cantidad de tiempo y dinero desproporcionada para intentar ganar en los estados indecisos.
También implica que lo que parece ser una reñida carrera en los sondeos de opinión nacionales podría tener una diferencia amplia al verse estado por estado. En estos menesteres, el estado de Ohio, con una clase obrera dominante, se ha convertido en una llave que podría abrir la puerta a la Casa Blanca para cualquiera de ambos candidatos. Junto con Florida es el mayor premio electoral de los estados indecisos y es imprescindible para Romney ganar alguno de los dos si aspira a alcanzar los 270 votos electorales. NewHampshire es considerado un péndulo. En las últimas cinco elecciones, el candidato demócrata ha ganado tres veces, mientras que el republicano lo hizo dos.
Por su parte,Wisconsin en esta ocasión debería ir a parar a manos republicanas, dado que Paul Ryan es el hijo predilecto del estado y candidato republicano a la vicepresidencia. Otro estado clave, Virginia, ha desatado la guerra entre ambos partidos.
Los demócratas insisten en que están bien posicionados mientras que los republicanos consideran que Romney podría llevarse el gato al agua. Por último, Colorado es considerado por muchos el estado olvidado, sin embargo dadas las circunstancias los candidatos han invertido mucho tiempo en él.
Congreso y Senado
Los 435 escaños que forman la Cámara de Representantes están en juego. De los 100 escaños del Senado, 33 serán elegidos el próximo martes por lo que detrás de la batalla presidencial también tenemos que estar atentos al pulso por el control del Capitolio.
Recordemos que a día de hoy, los republicanos controlan la Cámara Baja con 242 escaños frente a los 193 en manos de los demócratas.
Por su parte, los demócratas controlan la mayoría en el Senado por sólo tres escaños de diferencia. En estos momentos hay varias carreras electorales al Congreso y al Senado a las que merece la pena prestar atención. El candidato al asiento en el Senado por Indiana, Richard Mourdock, levantó cierta polémica al afirmar la semana pasada que él se opuso a la libertad de elección sobre el aborto incluso en casos de violación. Una declaración que sirvió de recordatorio de las declaraciones del aspirante al puesto en el Senado por Wisconsin, el republicano Akin, quien afirmó en septiembre que en un caso de "violación legítima", la concepción no es posible.
Otra contienda interesante estará en Massachussets, donde los republicanos corren en peligro de perder el escaño en el Senado, hasta ahora en manos de Scott Brown y antiguamente ocupado por el celebre Ted Kennedy. Ahora la demócrata Elizabeth Warren podría hacerse con la victoria si nos hacemos eco de los últimos sondeos.
La participación, clave
Más de la mitad de los estadounidenses en edad de votar acudió a las urnas durante las elecciones presidenciales.
En 2008, la cifra de participación fue inusualmente alta con un 56,8 por ciento.Desde 1980, dicho porcentaje ha oscilado entre 49,1 por ciento y el 55,3 por ciento.Tanto el presidente como el candidato republicano han cortejado al voto femenino y por una buena razón: históricamente hay más mujeres que hombres listas para acudir a las urnas el martes y la participación de entre las mujeres se espera que supere en mucho a la de los hombres.
Cuestión de regulación
El eslogan republicano de "recuperar de nuevo América" está centrado en la reducción de impuestos, menos gobierno y en cierta forma el regreso a una regulación más laxa, especialmente en la industria financiera.
Por su parte, los demócratas optan promoverse "hacia delante" es decir, apuestan por continuar con sus estímulos económicos, mejorar los programas sociales, en especial culminar la implementación de la reforma sanitaria, y aumentar los impuestos a las rentas más altas. Los críticos a estas reformas dicen que tales políticas llevarán al país a la bancarrota.