Avalanchas en fiestas, una tragedia que se repite en el tiempo
No es la primera vez que una fiesta acaba en tragedia tras una avalancha de personas. La de esta noche de Halloween en el Madrid Arena, donde perdieron la vida tres chicas jóvenes y dos se encuentran en estado crítico, es la última pero hay precedentes.
El guión parece claro: celebraciones en espacios amplios pero saturados de personas y en los que en más de una ocasión se supera el aforo permitido. Basta con un susto para que la histeria se desate y se produzca el caos en forma de avalancha humana.
El último festival Love Parade de Duisburg (Alemania) se cobró la vida de 19 personas y los heridos se contaron por cientos. El detonante en ese caso fue la caída de una escalera al intentar varias personas colarse por el túnel de acceso al recinto, tras impedir las fuerzas de seguridad entrar a más gente por encontrarse el recinto lleno.
Más de un millón de personas acudieron a la cita alemana en una antigua estación de trenes.
Más recientes, en 2011, son las tres muertes ocurridas en una discoteca de Budapest (Hungría) tras superarse en varios centenares de personas el aforo marcado en 1.600. Una nueva situación de pánico fue suficiente para que los asistentes vivieran el horror.
No es algo nuevo
Pero hay casos más lejanos en el tiempo. En Buenos Aires (Argentina) murieron en 2005 casi 200 personas durante la celebración de un concierto en 'República Cromagnon', un local que tenía cerradas con canddos las salidas de emergencias. Un incendio provocado por varias bengalas lanzadas por jóvenes al inicio de la fiesta llevo al caos. La cantidad de muertes por asfixia y aplastamientos hicieron de esta avalancha uno de los casos más trágicos.
Más atrás aún, los mismos Rolling Stones presenciaron una tragedia durante un concierto en Altamont (California) el 6 de diciembre de 1969 que ellos mismos gestionaron y organizaron como gratuito y en el que aprticipaban varias bandas. La cantidad de asistentes (hay quien apunta a más de 300.000) se les fue de las manos y varias peleas, con altas dosis de droga incluidas, acabaron con cuatro fallecidos, uno de ellos a manos de un miembro de una banda.