El primer ministro libanés ofrece dimitir tras el atentado
El grupo libanés de oposición 14 de Marzo había pedido la dimisión del gobierno, que incluye a ministros del grupo extremista Hezbolá, después del atentado del viernes.
Manifestantes y hombres armados bloqueaban carreteras con neumáticos en llamas en Beirut y otras ciudades mientras crecía la indignación por el atentado. Los soldados reforzaban cruces de carretera y edificios oficiales en la capital pero muchas vías, incluida la autopista al aeropuerto internacional, estaban cortadas por los manifestantes.
Dos libaneses resultaron heridos cuando el Ejército abrió fuego contra un grupo que bloqueaba una carretera en la región del Valle de la Becá, dijeron testigos.
El brigadier general Wisam al Hasan, que dirigió una investigación que implicó a Siria y a su aliado libanés Hezbolá en el asesinato del ex primer ministro Rafik al Hariri en 2005, y otras siete personas murieron en la explosión en un distrito del centro de la capital el viernes por la tarde.
Políticos libaneses acusaron a Asad de estar detrás del ataque, que profundizó los temores a que la guerra civil sectaria de la vecina Siria pueda estar siendo trasladada a Líbano.
Hasan, un musulmán suní, había ayudado a descubrir un complot que llevó al arresto en agosto del ex ministro libanés Michel Samaha, un aliado del presidente sirio, en un duro golpe para Damasco y sus aliados libaneses, entre ellos Hezbolá.
El ataque hizo que musulmanes suníes salieran a las calles y quemaran neumáticos en todo Líbano el viernes por la noche y el sábado por la mañana para protestar contra el atentado, que revivió las memorias de la propia guerra civil de Líbano. En la explosión también resultaron heridas 80 personas.
Soldados y policías vigilaban las esquinas en el barrio cristiano de Ashrafiyeh, donde explotó la bomba en plena hora punta, y en la Plaza de los Mártires, en el centro.
El mufti de Líbano, la máxima autoridad religiosa suní, anunció tres días de luto por Hasan.
El diario Beirut Star dijo que los autores claramente querían someter a Líbano a una nueva oleada de violencia caótica.
"Si el objetivo era desviar la atención de los eventos en Siria, la gente debería recordar esto bien e impedir cualquier intento de llevar a Líbano a más tensión y a la disputa civil", dijo.
El hijo de Hariri, Saad al Hariri, acusó a Asad de estar tras el atentado.
El jefe de las Fuerzas de Seguridad Internas de Líbano, el general Ashraf Rifi, describió la muerte de Hasan como un "gran revés" y advirtió de que era probable que hubiera más ataques.
"Hemos perdido un pilar central en seguridad", declaró a la televisión Future. "Sin duda, tendremos más sacrificios en el futuro. Lo sabemos, pero no nos quebraremos".
VISITA IRANÍ
La guerra en Siria, que ya provocó la muerte de 30.000 personas en los últimos 19 meses, ha llevado a la mayoría de los insurgentes suníes a situarse contra Asad, quien pertenece a la secta alauí, vinculada al chiísmo.
Las potencias internacionales temen que el conflicto podría avivar las rivalidades en la región mientras se intensifica.
Las comunidades religiosas de Líbano están divididas entre aquellas que apoyan a Asad y las que respaldan a los rebeldes.
Suníes y alauíes se han enfrentado en Trípoli, mientras en el Valle de la Becá, fronterizo con Siria, han sufrido bombardeos e incursiones.
El ministro de Exteriores iraní, Ali Akbar Salehi, cuyo país es un poderoso apoyo de Asad y de Hezbolá, condenó el atentado y dijo que planeaba visitar Beirut el sábado.
Hasan, que había vuelto a Líbano el jueves por la noche procedente de Alemania, había ayudado a descubrir muchos intentos de asesinato contra figuras antisirias en Líbano. Él mismo escapó de varios intentos de atentar contra su vida.