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La decisión de ir a la guerra en Irak fue correcta, dice Bush



    El presidente estadounidense, George W. Bush, se declaró convencido este miércoles de haber tomado la decisión correcta al haber lanzado sus tropas en Irak cinco años atrás, aunque admitió que la guerra ha sido "más larga, más dura y más costosa" de lo previsto.

    "Se debate de manera comprensible para saber si esta guerra valía la pena, si esta lucha vale la pena de ser ganada y si podemos ganarla", declaró Bush en un discurso en el Pentágono, cinco años después de su decisión de atacar a Irak, el 19 de marzo en Estados Unidos, el 20 en Irak, por el cambio horario.

    "Las respuestas son claras para mí: sacar a Saddam Hussein del poder fue la decisión correcta, y esta es una lucha que Estados Unidos puede y debe ganar", aseguró, al justificar su controvertida decisión de atacar al país árabe, sin el aval de Naciones Unidas y en medio de un fuerte rechazo internacional.

    El presidente, que abandonará la Casa Blanca en enero, admitió que la guerra "fue más larga, más dura y más costosa de lo que habíamos anticipado", en alusión a los miles de millones de dólares gastados, aunque a renglón seguido volvió a insistir en que se trata de "una lucha que debemos ganar" contra "los terroristas y los extremistas".

    Decenas de miles de iraquíes y unos 4.000 solados estadounidenses murieron en los cinco años de la guerra en Irak, que ha sido apoyada por varios países como Gran Bretaña y España, que retiró sus tropas hace casi cuatro años, tras la llegada al poder del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

    Según las encuestas, los estadounidenses, que apoyaron ampliamente la guerra cinco años atrás, hoy se muestran mucho más críticos. Un sondeo de CBS reveló que el 64% de los estadounidenses piensa que el conflicto no mereció la pena, mientras otro de NBC asegura que el 53% no cree que la victoria sea posible.

    En su esfuerzo por justificar la permanencia de las tropas norteamericanas, Bush sostuvo que Irak "era el lugar donde Al Qaida iba a unir a los árabes para echar a los estadounidenses" y dijo que una retirada podría sembrar "caos" en la región y "envalentonar" no sólo a los extremistas, sino también a Irán.

    "Nuestros enemigos considerarían un fracaso de Estados Unidos en Irak como una prueba de debilidad", afirmó Bush, al rechazar implícitamente los planes de los precandidatos demócrata a su sucesión, Barack Obama y Hillary Clinton, de poner fin a la guerra.

    Bush no dudó en pintar un panorama favorable de la guerra en Irak, mientras varias manifestaciones tenían lugar por todo el país para denunciar el conflicto.

    "Los estadounidenses deben saber que desde que enviamos refuerzos suplementarios (enero de 2007), el nivel de la violencia ha bajado significativamente, así como la muerte de civiles, los asesinatos sectarios y los ataques contra las fuerzas norteamericanas", dijo el presidente.

    En su primera reacción, el candidato republicano a la Presidencia, John McCain, que apoyó la guerra, aunque criticó su manejo por el ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld, mantuvo la misma línea que Bush: "Los estadounidenses saben que un fracaso dejaría a nuestra nación menos segura para las próximas generaciones", afirmó.

    Tres países latinoamericanos enviaron tropas a Irak cinco años atrás, de los que sólo El Salvador mantiene soldados hoy día desplegados en el país, mientras Honduras y República Dominicana retiraron los suyos después de la decisión de Rodríguez Zapatero.