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Se estrella un avión de combate en Siria desatando la polémica



    ALEPO, Siria (Reuters) - Un avión de guerra sirio se estrelló el lunes en el este del país en circunstancias polémicas, mientras las fuerzas del presidente Bashar el Asad continuaban con su intento de acabar con los rebeldes en Alepo y otros zonas de Siria.

    Medios estatales dijeron que el accidente de la aeronave se había producido por problemas técnicos y que se estaba realizando una investigación sobre el piloto que salió expulsado de la aeronave durante una "misión de entrenamiento regular".

    Más temprano el lunes, rebeldes dijeron que habían derribado un avión en la misma zona y un activista de la oposición que dijo que estaba en la ciudad de Mohassen, al noreste del país, publicó una grabación de un avión de combate explotando en llamas mientras era atacado desde tierra.

    El vídeo no pudo ser verificado de forma independiente. El derribo de un avión de combate sería un golpe inusual para unos rebeldes poco armados frente a las fuerzas de Asad, que cuentan con mayor armamento y que en los últimos meses han usado cada vez más su poder aéreo.

    Periodistas de Reuters vieron aeronaves de combate lanzando misiles sobre poblaciones y barrios ocupados por los rebeldes en la ciudad norteña de Alepo, el principal frente de batalla en Siria en lo que va de mes.

    Fawaz Zakri, miembro del opositor Consejo Nacional Sirio que visitaba a combatientes rebeldes en Alepo, instó a las potencias extranjeras a enviar armas y municiones para ayudar a los sirios en su defensa.

    "No estamos pidiendo tanques o lanzadores de artillería. Necesitamos armas antiaéreas y misiles, así podemos detener los avances de parte de las fuerzas de Asad y los disparos diarios", añadió.

    Se cree que Arabia Saudí y Qatar están pagando para que las armas lleguen a los insurgentes a través de Turquía, mientras que Estados Unidos y Reino Unido dicen estar aumentando su asistencia no letal. Rusia e Irán serían los principales proveedores militares de Asad.

    CUERPOS EN LA CALLE

    Cuatro civiles yacían muertos en una calle en Saif al-Dawla, cerca del disputado distrito de Salaheddine, en Alepo. Todos fueron víctima de los disparos de francotiradores de las fuerzas gubernamentales, dijo el Ejército de Siria Libre.

    Los cuerpos de un hombre y una mujer estaban en un taxi amarillo que tenía impactos de bala. El cadáver hinchado de un hombre yacía sobre una hedionda pila de basura. Otro hombre muerto estaba en la calle, con la cara de color violeta.

    El levantamiento sirio comenzó en marzo del año pasado con manifestaciones pacíficas que pedían un cambio en el régimen de Asad, inspiradas en las revueltas de la Primavera Árabe.

    La violenta respuesta de Asad provocó la insurgencia, hundiendo al país en una guerra en la que han perdido la vida más de 18.000 civiles, soldados y rebeldes, según las estimaciones de las fuentes de la oposición.

    Más de 50 sirios, entre ellos 39 civiles, murieron el lunes en todo el país, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos de la oposición. Las cifras de muertes diarias han sido más altas en las últimas semanas.

    El titular de la misión de seguimiento de la ONU dijo que la violencia se estaba intensificando en toda Siria y acusó a ambas partes de ignorar a los civiles atrapados en el conflicto.

    "El uso indiscriminado de armas pesadas por parte del Gobierno y los ataques de la oposición en centros urbanos están infligiendo un duro castigo a civiles inocentes", dijo el general Babacar Gaye en Damasco.

    "Lamento profundamente que ninguna de las partes haya priorizado las necesidades de los civiles", añadió.

    El mandato de los observadores de la ONU, cuya misión original era supervisar un alto el fuego declarado en abril que nunca llegó a entrar en vigor, expira el 19 de agosto. El número de enviados ya ha sido recortado una tercera parte debido a la violencia que dificultó sus movimientos.

    El conflicto y el desacuerdo entre las grandes potencias y rivales regionales afectaron a los esfuerzos diplomáticos liderados por el enviado de la ONU y la Liga Árabe Kofi Annan, que presentó su renuncia a principios de mes en medio de la frustración.

    Estados Unidos y Turquía dijeron el fin de semana que considerarían formas de ayuda a la oposición siria, con una zona de restricción aérea entre otras opciones, y que preparasen al país para una era postAsad.

    Rusia y China se oponen firmemente a una intervención militar externa en Siria, aunque las potencias occidentales tampoco han mostrado su disposición a realizar una campaña aérea al estilo de la desplegada en Libia.

    Sin embargo, Alemania dijo que era poco inteligente plantear incluso el tema.

    "Creemos que la discusión sobre una intervención militar podría exacerbar las cosas porque incrementaría el peligro de que la situación en toda la región se salga de control", dijo un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores en Berlín.

    Siria será suspendida el miércoles de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) por su violenta represión al levantamiento contra Asad, dijo el lunes un diplomático antes de la cumbre del organismo en La Meca.

    "La resolución sobre la situación de la membresía siria en la OCI no está teniendo obstáculos (...) Será aprobada", añadió el responsable en una reunión previa al encuentro celebrada en Yidda, Arabia Saudí.

    AYUDA HUMANITARIA

    Con la diplomacia estancada, los esfuerzos por llevar ayuda a los civiles sirios en zonas de guerra se han visto dificultados.

    La responsable de ayuda humanitaria de la ONU, Valerie Amos, viajará a Siria el martes para discutir formas de incrementar las contribuciones de emergencia, pero diplomáticos dijeron que los combates deben disminuir para permitir el acceso a las zonas conflictivas.

    "Se estima ahora que dos millones de personas han sido afectadas por la crisis y más de un millón se ha desplazado internamente", señaló un comunicado de la ONU.

    Más de 4.000 sirios huyeron a Turquía en los últimos tres días, elevando el número total a casi 60.000, según las autoridades turcas. Casi 150.000 refugiados sirios se han registrado en Turquía, Líbano, Irak y Jordania, según datos de la ONU.