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Annan busca ayuda de Irán e Irak para resolver la crisis en Siria



    El emisario internacional Kofi Annan advirtió este martes que el conflicto interno de Siria podría extenderse en la región, durante una gira por Irán e Irak en la que sumó apoyos a su plan de paz.

    El lunes, Annan se reunió en Damasco con el presidente sirio Bashar al Asad, con el que acordó un nuevo "enfoque" que presentará a los rebeldes para poner fin al conflicto, en el que murieron más de 17.000 personas en cerca de 16 meses, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

    Annan reconoció hace varios días que por el momento su misión pacificadora fue un fracaso, pero ha persistido en sus esfuerzos, viajando después de Damasco a Irán, firme aliado de Siria, donde este martes se entrevistó con el canciller Ali Akbar Salehi.

    "Esperamos que Annan lleve adelante su acción hasta el final, para devolver la estabilidad y la calma a Siria y la región", declaró el ministro iraní.

    Salehi aseguró que Irán "forma parte de la solución" a la crisis siria y saludó "la imparcialidad" del mediador de la ONU y la Liga Árabe.

    Durante su visita a Teherán, el mediador advirtió del "riesgo de que la crisis siria escape a todo control y se extienda a la región", y defendió la idea de que Irán puede tener "un papel positivo".

    Estados Unidos, enzarzado en una fuerte disputa con Teherán por su programa nuclear, reiteró este martes que a su parecer Irán no tiene ningún papel positivo en la crisis siria.

    Después de su paso por Teherán, Annan viajó a Bagdad, para abordar la cuestión siria con el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki.

    En una conferencia de prensa, el mediador dijo que Maliki, "muy inquieto", "apoya (su) plan de seis puntos" elaborado para poner fin al conflicto entre el régimen de Asad y los opositores.

    El plan, que incluye un alto el fuego y fue aceptado oficialmente por el régimen y la oposición hace tres meses, se quedó en letra muerta, al proseguir los enfrentamientos y la represión del gobierno, con su letanía diaria de muertos.

    Annan anunció también que el miércoles dará cuentas ante el Consejo de Seguridad de la ONU de su gira por Damasco, Teherán y Bagdad.

    "Estoy convencido de que el Consejo tomará las medidas que se imponen, y decidirá la suerte de la MISNUS, la misión de observadores sobre el terreno cuyo mandato expira el 21 de julio", añadió Annan.

    Los observadores de la ONU, que llegaron a mitad de abril a Siria para supervisar el alto el fuego como parte del plan de paz, tuvieron que cesar sus operaciones en junio ante el recrudecimiento de la violencia en todo el país.

    Pese a la multiplicación de reuniones y declaraciones, la violencia no cesa en Siria, donde el ejército seguía bombardeando Rastan y Homs (centro). Este martes murieron al menos 56 personas más, incluidos 18 civiles, según el OSDH.

    "Es para llorar. Tenemos muchos heridos y ningún médico, salvo dos dentistas. No podemos hacer nada por los heridos, es trágico", contó a la AFP un militante de Rastan.

    Rusia, actor clave en el conflicto que mantiene su apoyo al régimen de Asad, pidió una nueva reunión del Grupo de Acción sobre Siria.

    En la última reunión de este grupo el 30 de junio en Ginebra, donde participaron los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU -Estados Unidos, China, Rusia, Francia y Gran Bretaña-, así como Irak, Kuwait, Catar y Turquía, se abogó por un proceso de transición con un gobierno que reúna a representantes del poder actual y de la oposición.

    Los participantes no se posicionaron sobre la eventual partida de Asad, reclamada por los opositores.