La destitución de Lugo acapara todos los foros regionales
La OEA, el Mercosur, la Unasur y hasta el SICA abordarán esta semana la destitución por parte del Senado paraguayo de Fernando Lugo y su reemplazo en la Presidencia de Paraguay por Federico Franco, cuyo Gobierno es objeto de un aluvión de críticas desde el extranjero.
El primero de estos foros en reunirse para estudiar la situación en Paraguay y qué medidas tomar será la Organización de Estados Americanos (OEA), que adelantó 24 horas una reunión extraordinaria del Consejo Permanente prevista para este miércoles.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, canceló un viaje a Lima para asistir a una conferencia internacional sobre drogas debido a la crisis en Paraguay y presidirá mañana la reunión del Consejo Permanente, informaron a Efe fuentes del organismo.
Los embajadores ante la OEA realizarán una "apreciación colectiva" de la situación en Paraguay y, "en caso necesario", tomarán "las decisiones que el Consejo Permanente acuerde".
El viernes pasado ya se celebró otra reunión extraordinaria en la OEA por Paraguay, que se cerró sin una resolución pero con la petición consensuada de "respeto del debido proceso" en el juicio político al presidente Lugo, horas antes de que el Senado lo destituyera por mal desempeño de sus funciones como mandatario.
El Gobierno de Estados Unidos se mostró hoy "preocupado" por la rapidez y los cuestionamientos hechos al proceso y señaló que consulta con sus aliados de la OEA qué medidas tomar al respecto.
No obstante, la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, dijo que el Gobierno de Barack Obama no ha determinado aún si el "juicio político" a Lugo constituye un golpe de Estado, ni ha decidido por el momento retirar a su embajador en Asunción.
"Queremos ver hasta qué punto hay unidad en la OEA respecto a los próximos pasos", señaló Nuland. "Estamos consultando con una amplia sección de nuestros aliados en la OEA", agregó.
Después de la OEA, les tocará el turno de hablar de lo sucedido en Paraguay a los jefes de estado de Mercosur y Unasur, que se reunirán en Mendoza (Argentina) sin la presencia de las nuevas autoridades paraguayas pero sí de Lugo, que hoy dejó instalado un gobierno "paralelo" al de Franco.
La reunión de Mercosur es una de las dos semestrales que celebra el bloque formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y se aprovechó esa cita para convocar este viernes en Mendoza a los ochos países que además de éstos forman la Unión de Naciones Suramericanas (Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela).
La cumbre extraordinaria de Unasur se iba a celebrar originalmente este miércoles en Lima, pero según fuentes oficiales ecuatorianas se abandonó ese proyecto porque "al menos" cinco presidentes informaron que no podrían asistir.
"El objetivo de la cita es reiterar la condena y tomar medidas más drásticas en contra del golpe de Estado en Paraguay", afirma una nota publicada en el diario oficial ecuatoriano El Ciudadano.
Por su parte, el secretario general de Unasur, el venezolano Ali Rodríguez Araque, señaló que en la reunión "se analizará la situación, se tomarán las decisiones, que hay que tomarlas por consenso, y viendo las acciones correspondientes".
Sin abundar en detalles, Rodríguez Araque opinó que "todo apunta a que se restablezca el orden democrático en Paraguay", donde a su juicio, y sin lugar a dudas, hubo "un golpe de Estado".
Los socios de Paraguay en el Mercosur acordaron suspender el derecho del Gobierno de ese país a asistir a la Cumbre de Mendoza y el de participar en los órganos decisorios del bloque, lo que el Gobierno de Franco consideró una extralimitación de sus funciones.
Además, la presidencia "pro témpore" de Unasur, que actualmente le corresponde a Paraguay, se traspasará a Perú, el siguiente país en la rotación, anunció la canciller colombiana, María Ángela Holguín.
A estas medidas se suma la llamada a consultas o la retirada de sus embajadores en Asunción por parte de Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Chile, Cuba, Ecuador, México, Nicaragua, Perú, Uruguay y Venezuela, algunos de los cuales expresamente han dicho que no reconocen al Gobierno de Franco.
En Luxemburgo, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, dijo hoy que apoya a Mercosur y Unasur en la gestión de la crisis política en Paraguay y subrayó su "preocupación" por la "debilidad" de las garantías procesales en la destitución del presidente Fernando Lugo.
La crisis paraguaya tuvo también eco en Centroamérica y será abordada en una cumbre del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) que se celebrará el viernes en Tegucigalpa.
El canciller salvadoreño, Hugo Martínez, dijo hoy que el propósito es, primero, conocer la posición de cada país del SICA "y después, sobre esa base, sacar una posición de consenso" respecto a la crisis paraguaya.
Los miembros del SICA son Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Belice, Panamá y la República Dominicana. La mayoría ha rechazado la destitución de Lugo, aunque no todos han oficializado si reconocen o no al Gobierno de Franco.
En Europa, la crisis paraguaya también preocupa.
El Ministerio alemán de Asuntos Exteriores dijo que espera que se alcance una "solución aceptable" en el país latinoamericano, y el de Francia llamó a todas las partes a respetar "los derechos constitucionales".
Lugo, que fue elegido en 2008 apoyado por una heterogénea coalición de partidos, de los cuales solo uno minoritario le seguía apoyando al iniciarse este jueves el juicio político, acató el falló dictado por el Senado, pero durante el fin de semana cambió de actitud y apoyado por gobiernos vecinos busca su "restitución".