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Termina en Noruega el juicio contra Breivik
Un total de 77 personas fueron asesinadas en los sucesos del 22 de julio en Noruega, que según Breivik eran un ataque contra la sociedad cada vez más multicultural del país.
Los argumentos finales del proceso judicial de 10 semanas giraron en torno a la cuestión de si el auto proclamado militante antiislamista está o no desequilibrado.
Su abogado defensor dijo al cierre de los argumentos que Breivik está cuerdo y tiene derecho a ser juzgado por unos atentados que él considera una acción política.
La fiscalía había afirmado el jueves que debería considerarse a Breivik como perturbado. Si los jueces coinciden, será internado en una institución mental en lugar de en una prisión.
"Creo que todos estamos de acuerdo en que algo barbárico ocurrió el 22 de julio", afirmó Breivik durante su última declaración en el juicio. "Recuerdo que el 21 de julio pensé después de muchos años de haberlo planificado que mañana (al día siguiente) iba a morir", sostuvo.
En la peor masacre producida en Noruega en tiempos de paz, Breivik hizo estallar el 22 de julio una bomba a las puertas de varios edificios gubernamentales en Oslo, matando a ocho personas, y luego abatió a tiros a 69 personas, muchas de ellas adolescentes, en un campamento del Partido Laborista en la isla de Utoya.
Sin embargo, el acusado no acepta los cargos de terrorismo y asesinato en su contra, y alega que los ataques fueron contra "traidores" cuyas políticas de izquierda y suaves posturas sobre inmigración habían dañado al país.
Las muertes sacudieron al pequeño y próspero país escandinavo y el juicio que se ha desarrollado durante los últimos meses también ha sido traumático, puesto que Breivik relató la forma en que eligió a sus víctimas y expresó sus opiniones racistas y de extrema derecha.
INFORMES PSIQUIÁTRICOS
En su última declaración el viernes, un pálido y más delgado Breivik intentó justificar de nuevo sus acciones y apuntó a lo que considera como la enfermedad de la moderna Noruega.
"Mis hermanos en la resistencia noruega y europea están sentados afuera viendo este juicio mientras planean nuevos ataques. Ellos podrían ser responsables de la muerte de hasta 40.000 personas", declaró.
Mientras Breivik se preparaba para su última declaración, numerosas personas salieron del tribunal.
"No tenemos necesidad de escuchar más de lo que tiene que decir", dijo Trond Henry Blattman, líder de un grupo de apoyo a víctimas, a la emisora TV2.
"Le hemos escuchado muchas veces, no oímos nada nuevo (...) queremos mostrarle que no nos importa lo que tenga que decir, quién es, qué ha hecho", aseguró.
Ante informes psiquiátricos contradictorios, los fiscales dijeron el jueves que aunque no podrían asegurar completamente que Breivik fuera responsable de sus acciones, debería ser declarado demente y confinado a una institución psiquiátrica.
Un primer informe psiquiátrico halló que tenía esquizofrenia psicótica paranoide. Un segundo, de un equipo diferente, concluyó que probablemente sufría un trastorno de personalidad pero que no era psicótico, y que por eso estaba legalmente sano.
La defensa apoya el segundo de los informes, alegando que sus actos estuvieron motivados por sus opiniones políticas de extrema derecha y no, como decía el primer informe, por fantasías relacionadas con la violencia.
La defensa dice también que todos los que han tratado con él desde el 22 de julio, desde policías a psiquiatras, le han descrito como un hombre tranquilo.
(Información de Victoria Klesty; Traducido por la Mesa de Santiago de Chile; Edición de Cristina Fuentes-Cantillana)