Un juez prohíbe importar una droga usada en ejecuciones en EEUU
Un grupo de reos del corredor de la muerte demandaron a la FDA el año pasado por permitir la importación de tiopentato de sodio, una sustancia sedante usada como primera de tres drogas administradas en las ejecuciones.
Hace un año, las autoridades estatales de Tennessee y Kentucky devolvieron sus provisiones de la droga a la FDA en medio de una investigación sobre cómo se importó. Las autoridades estadounidenses se incautaron de una partida de tiopentato del estado de Georgia.
La FDA pretendía que la demanda fuera desestimada, argumentando que estaba actuando con discreción al permitir que entraran los envíos en el país y también que había aplazado el cumplimiento de la ley con respecto a las sustancias usadas en las ejecuciones.
El juez de distrito de Estados Unidos Richard Leon se puso al lado de los presos, criticando a la FDA por apartarse de su práctica habitual de no permitir que sustancias no aprobadas entren en Estados Unidos.
"La FDA parece estar simplemente envolviéndose en la bandera de la discreción a la hora de cumplir la ley para justificar su autoridad y enmascarar una indiferencia aparentemente insensible respecto a las consecuencias para la salud de quienes afrontan de forma inminente una ejecución. ¡Qué absolutamente decepcionante!", escribió Leon en su escrito de 23 páginas.
También ordenó que la FDA notificara a todos los departamentos estatales correccionales que cuenten con tiopentato fabricado en el extranjero que no se les permita su uso y que devuelvan sus existencias al organismo de inmediato.
Dado que el suministro de tiopentato está reduciéndose, según Leon, algunos estados han optado por administrar pentobarbital para sedar a los presos condenados a muerte antes de inyectarles un cóctel de otras sustancias.
También ha habido cuestionamientos legales sobre el uso de esta sustancia, principalmente por las preocupaciones de que lleva demasiado tiempo sedar a un prisionero antes de administrársele el resto de las drogas letales.
Dos de los presos que demandaron a la FDA fueron ejecutados el año pasado en el estado de Arizona.
La profesora de Derecho de la Universidad de Fordham Deborah Denno calificó la decisión de "muy importante" y dijo que si el tiopentato se adquiría en el extranjero "no se saben las condiciones bajo las cuales estas sustancias fueron almacenadas y transportadas, lo que podría afectar a su calidad".
Un portavoz del Departamento de Justicia, que representó a la FDA en el caso, no quiso hacer comentarios. La agencia podría apelar la decisión.
Bradford Berenson, abogado de presos en el corredor de la muerte, dijo: "Es desafortunado que la FDA se comporte como si hubiera algún tipo de excepción relativa a la pena de muerte para levantar la mano sobre los requisitos legales, pero es gratificante que un juez federal reconozca que no existe una excepción así".