Economía y fútbol: ¿existe relación entre las clasficaciones en el mundial y el crecimiento de un país?
El debate, que ya se planteó hace un año tras la victoria de los italianos en Alemania 2006 (por el gol de Materazzi y compañía se realizaron unas estimaciones de crecimiento del PIB del orden del 1 por ciento), vuelve a surgir de nuevo.
Con sólo echar una ojeada a la clasificación de las selecciones nacionales de fútbol, publicada recientemente por la FIFA en Zurich, podemos ver la repercusión.
Argentina, a la cabeza
El dato deportivo premia a Argentina, que este año, por lo conseguido en los terrenos de juego, precede a Brasil e Italia. Los argentinos lograron 11 victorias, dos empates y sufrieron tres derrotas durante toda la temporada. Brasil ocupa el segundo puesto, a pesar de su victoria en la Copa América, precisamente frente a Argentina.
La tercera es Italia, que sube al podio al año siguiente de su victoria en el Mundial. Le siguen, por este orden, España, Alemania, República Checa, Francia, Portugal, Holanda y Croacia, que son los países que completan el top diez.
Análisis de la clasificación
El análisis de la clasificación permite, asimismo, algunas consideraciones de naturaleza geopolítica. En ese sentido, el dato clave, aunque no del todo inédito, es el avance del fútbol africano.
Mozambique escaló 53 posiciones, clasificándose este año en el puesto número 75. Seguido de naciones poco acostumbradas a los récord y a los títulos, como Noruega, Nueva Caledonia, Moldavia, Israel o Nueva Zelanda.
Lo más llamativo, sin embargo, es la otra clave de lectura de los resultados futbolísticos, que podría formularse así: ¿Argentina gana porque es fuerte económicamente o al ganar se torna más potente económicamente? En otras palabras, ¿la victoria es causa o efecto?
La opinión de los economistas
Entre los economistas, incluidos los helvéticos acostumbrados a bucear en los entresijos de la FIFA, las opiniones coinciden en considerar como un factor "colateral", es decir inducido, el que un evento deportivo bien organizado, como fue el campeonato alemán de 2006, sea capaz de crear riqueza.
Por ejemplo, la facturación turística en las 12 ciudades que albergaron partidos de los Mundiales de Alemania fue de 2.000 millones de euros, es decir el 0,2 por ciento del PIB germano.
No está nada mal para una fiesta deportiva que duró casi un mes. La unanimidad se rompe, en cambio, a la hora de hablar de causa o de efecto. Si se analizan los casos de Argentina y de Brasil, dicen desde Zurich, se puede ver que su PIB experimenta un marcado crecimiento.
Estimaciones para este año
Las estimaciones para este año hablan de un 8 por ciento para Argentina y de un 4,7 por ciento para Brasil. Pero, en otros casos, no sucede lo mismo. Por ejemplo, en el propio caso de Italia, vencedora del mundial del 2006 durante una fase económica nada brillante, cuya experiencia podría leerse como una reacción más que como el fruto de un buen crecimiento.
En definitiva, vinculaciones nada unívocas y pocas certezas. Y es que las estadísticas de la FIFA ofrecen materia para discutir más a los aficionados al deporte que a los economistas. Aunque también proporcionan material de "polémica política" a los jefes de Estado.
Polémica por la altura
Por ejemplo, la decisión de prohibir los partidos internacionales por encima de los 2.750 metros de altitud condujo al presidente de Bolivia, Evo Morales, a expresar su "sorpresa por una decisión que discrimina a la gente que vive en cuotas más altas".
Hay que señalar que el estadio de la capital boliviana, La Paz, está a 3.600 metros por encima del nivel del mar. Imposible, pues, jugar allí un campeonato del mundo.
Con lo cual, los economistas no podrán analizar los posibles beneficios que podrían derivarse para el país. La selección boliviana viajará más de lo previsto.