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Las webs chinas de confesar sobornos siguen la estela de India



    PEKÍN (Reuters) - Los ávidos usuarios de Internet en China se están inspirando en la saga anticorrupción que está teniendo lugar en India abriendo páginas para que los ciudadanos puedan confesar, a veces hasta el mínimo detalle, haber sobornado a funcionarios.

    En ocasiones, los chinos se muestran arrogantes respecto a sus más pobres vecinos del sur, pero algunos de ellos han seguido el ejemplo de la ira anticorrupción que se ha extendido por India, impulsada por Internet.

    Varias webs chinas, como "Yo pagué un soborno" (http://www.ibribery.com), se han inspirado en la web india homónima (http://ipaidabribe.com), escribió el lunes el diario de Hong Kong Wen Wei Po.

    "Dejad de buscar ganancias impropias y promocionad la competencia en igualdad de condiciones, y devolvednos al sueño de una China más justa", dice la portada de la página en chino de "Yo pagué un soborno".

    "Por favor, contad vuestras experiencias de pagar sobornos para que la malversación y la corrupción no tenga dónde esconderse".

    India está peor clasificada que China en la lista que hace Transparencia Internacional sobre percepción de corrupción, y en la edición de 2010 salía en el puesto 87 de 178 países, mientras que China lo hacía en el lugar 78. Pero los relatos en las nuevas webs chinas parecen indicar que los chinos tienen motivos más que suficientes para quejarse.

    "SIN OTRA OPCIÓN MÁS QUE SOBORNAR"

    El Partido Comunista Chino promete habitualmente acabar con la corrupción, pero la larga lista de funcionarios condenados pone de manifiesto que los sobornos y el enriquecimiento ilícito siguen siendo frecuentes.

    En una web, http://www.522phone.com, un empresario admite haber pagado tres millones de yuan (unos 322.000 euros) a funcionarios para conseguir contratos, entre ellos un viaje de 10 días a Europa.

    "No penséis que estoy intentando presumir de mi riqueza con este mensaje", escribió el empresario "Simplemente me siento tan ineficaz e indefenso ante la sociedad de hoy en día".

    "Odiamos a los funcionarios corruptos, pero estamos desesperados por ser contratados como funcionarios. Odiamos los monopolios, pero nos estrujamos el cerebro para entrar en empresas con salarios altos. Nos burlamos de los modos deshonestos, pero luego intentamos aprovechar las conexiones personales para conseguir hacer nuestros negocios".

    Otros mensajes en las páginas cuentan historias de sobornos para conseguir permisos para vender medicinas, la venta irregular de minas estatales a compinches, pagos en dinero y cigarrillos para aprobar el examen de conducir, y "sobres rojos" con dinero para médicos con los que asegurarse de que las embarazadas son bien atendidas.

    "No hay otra opción más que pagar un soborno", dijo un mensaje en la web "Yo pagué un soborno", de alguien que dice ser de un profesor que ha pagado a funcionarios educativos para empleos y ascensos.

    "Cada vez que de un modo inocente asumes que puedes conseguir algo utilizando los procedimientos regulares (...) el resultado es que ves que no se puede lograr nada a no ser que gastes dinero para arreglar las cosas con ellos".

    No se pudo verificar ninguna de estas denuncias anónimas.

    Las webs chinas no cuentan quién las dirige ni si tienen aprobación oficial. En anteriores ocasiones, algunos ayuntamientos han intentado usar Internet para animar a funcionarios y ciudadanos a confesar casos de corrupción.

    China tiene más cibernautas que ningún otro país - más de 450 millones - e incluso a pesar de la censura, han conseguido que la Red sea un foro animado en el que multiplican las denuncias por corrupción. Pero esta oleada puede ser demasiado para las autoridades: Pekín ha cerrado algunas y está investigando otras.

    Un mensaje en "Yo pagué un soborno" se hace eco de este temor a ser cerrada.

    "Las condiciones nacionales chinas no se parecen nada a las de India", afirmó. "Si el Gobierno deja que esta página siga, este país tendrá un poco de esperanza. Si la cierra, entonces no hay ninguna esperanza".