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Miles de personas piden la salida de Al Assad en el funeral de ocho manifestantes
La tensión en Siria se recrudece a pesar de los intentos del presidente, Bashar El Assad, por frenar las protestas. Miles de personas participan en Homs en los funerales de al menos ocho manifestantes fallecidos anoche y piden la salida del presidente, según ha informado a Reuters un testigo.
Las fuerzas de seguridad de Siria los mataron la pasada madrugada en la ciudad de Talbisa, próxima a Homs (centro del país), en choques producidos durante las exequias de un líder tribal muerto cuando se encontraba bajo custodia policial.
Al Jazeera eleva a 14 el número de muertos
La cadena qatarí Al Jazeera eleva a 14 el número de muertos producidos en un suceso, cuyas circunstancias no se han aclarado todavía.
"Homs está que arde. Las fuerzas de seguridad y los matones del régimen han estado provocando a tribus armadas durante un mes. Pero ahora han disparado a sangre fría a un buen número de civiles que se echaron a la calle anoche en varias zonas de la ciudad", según ha relatado un activista pro-derechos humanos a Reuters.
Hay versiones distintas, sin embargo, sobre lo ocurrido. Según Al Yazira, las muertes se produjeron durante una protesta de la oposición -durante el funeral del líder tribal fallecido- y un choque armado entre desconocidos y fuerzas de seguridad. La cadena no da detalles sobre la identidad de las víctimas y no queda claro tampoco quién comenzó el tiroteo.
El Ministerio de Interior sirio informa de que murieron cuatro civiles a manos de un grupo armado desconocido, mientras la agencia de noticias oficial SANA, citada por EFE, reporta que un policía murió y once resultaron heridos cuando un grupo de francotiradores les disparó desde un edificio. Una unidad militar enviada a la zona respondió con balas a los disparos de los desconocidos. En el fuego cruzado cayeron tres de los atacantes sin identificar y resultaron heridos 15 de los francotiradores y cinco militares.
La oposición asegura que hay alrededor de 50 heridos y que algunos de ellos no se atreven a acudir al hospital por miedo a ser detenidos. Las mismas fuentes han contado a Al Yazira que los francotiradores desconocidos eran en realidad hombres leales al régimen.
El cambio de Gobierno que propició Al Asad, y su promesa del sábado pasado de que en unos días aboliría la ley del Estado de Emergencia, que lleva en vigor 48 años, no ha servido para suavizar el malestar de la calle.
El presidente fue claro, sin embargo, en que no permitiría lo que denominó "sabotaje", es decir, las protestas que considera orquestadas por Occidente.