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Los egipcios abarrotan la plaza Tahrir para protestar y celebrar



    EL CAIRO (Reuters) - Los nuevos gobernantes militares de Egipto, que prometieron vigilar una "contrarrevolución", afrontaban el viernes la presión política para hacer una purga en el gabinete designado por Hosni Mubarak mientras miles de manifestantes se reunían en El Cairo.

    La víspera de la marcha que festejará también las dos semanas transcurridas desde la caída de Mubarak, el Ejército, que ha prometido elecciones en un plazo de seis meses, aseguró a los egipcios que no habría "vuelta al pasado".

    En la convocatoria de la plaza Tahrir, que también recuerda al Ejército el poder de un pueblo que puso fin a 30 años de gobierno autoritario de Mubarak, los activistas instaron a los militares a cambiar el gabinete recientemente nombrado y a sustituir a sus miembros por un nuevo equipo de tecnócratas.

    "Las demandas son claras, la renuncia del Gobierno del (primer ministro) Ahmed Shafiq, la inmediata liberación de los prisioneros políticos y la emisión de una amnistía general que los absuelva a todos", dijo a Reuters Safwat Higazie, uno de los líderes del Consejo de Protectores de la Revolución.

    "No queremos más a Shafiq, incluso aunque nos disparen con balas", cantaron los activistas. "Revolución hasta la victoria, revolución contra Shafiq y el palacio", agregaron.

    El ambiente también era festivo. Mujeres empujaban en cochecitos a sus hijos pequeños, que tenían pintadas en las mejillas los colores rojo, blanco y negro de la bandera egipcia. La gente ondeaba banderas, bailaba y cantaba canciones patrióticas ante la vista de los soldados.

    Durante las oraciones del mediodía, el predicador pidió al poderoso Ejército de Egipto que respaldara al pueblo y respetara sus demandas. También expresó la solidaridad egipcia con la rebelión contra Muamar Gadafi en la vecina Libia.

    En la fragmentada arena política del Egipto posrevolucionario, quienes tienen riqueza, sea cual sea su fuente, pueden aún conseguir el poder e influir en las elecciones. Durante décadas, las votaciones en Egipto las han determinado el bandidaje, la corrupción y la manipulación.

    HERMANOS MUSULMANES

    Los Hermanos Musulmanes, el grupo político mejor organizado de Egipto, y otras formaciones están particularmente preocupados por las carteras clave de Defensa, Interior, Justicia y Asuntos Exteriores, y quieren una ruptura total con la vieja guardia de Mubarak.

    El Ejército, que afronta huelgas por los salarios y las condiciones de trabajo, además de por la revuelta en la vecina Libia, tiene ante sí el reto de garantizar al pueblo sus nuevas libertades y restaurar la vida normal.

    Tras haber disuelto el parlamento y mientras prepara un referéndum para enmendar la Constitución y desmantelar el aparato que mantuvo a Mubarak en el poder, el Ejército ha prohibido las huelgas e instado a la nación a volver a trabajar.

    Los militares dijeron el jueves por la noche a la nación más poblada del mundo árabe que evitara los "intentos para fomentar la contienda".

    "El consejo militar subraya que dará todos los pasos necesarios para cumplir sus promesas, para que no haya retorno al pasado y el objetivo sublime es lograr las esperanzas y aspiraciones de esta gran nación", dijo el Ejército en su página en Facebook.

    "Exigimos la renuncia de todos los gobernadores en Egipto. Estos funcionarios fueron nombrados por Mubarak y continúan trabajando para él y para su (partido) NDP. Se están preparando para las elecciones parlamentarias", añadió.

    Decenas de miles de personas en Ismailia, Arish, Suez y Port Said se manifestaron tras las oraciones del viernes pidiendo la dimisión del gabinete.

    En Suez, unas 7.000 personas protestaron, pidiendo que se cambie la Constitución y no sólo que sea reformada, el cese de Shafiq y la dimisión del gobernador de Suez.

    En Ismailia, unas 10.000 personas se manifestaron, diciendo "la revolución no ha acabado y no ha logrado todos sus objetivos."